Ficha Libro Wittkower

Ficha libro Wittkower

La arquitectura en la edad del humanismo

Comienza planteando que en la actualidad la arquitectura del renacimiento se considera como puramente formal, pero el refuta esa idea diciendo que las formas de la iglesia renacentista poseen valor simbólico.

Habla del alejamiento de las iglesias con forma de cruz latina y comienzan a construirse las de planta central prefiriendo el anhelo de belleza a las necesidades del servicio divino.

El autor comienza hablando de Alberti y dice que el primer tratado arquitectónico del renacimiento contiene el primer programa completo de la iglesia ideal de este orden. Luego sigue contando que Alberti elogia al círculo donde a partir del cual se determinan seis figura geométricas más y tres derivadas del cuadrado, y que esto revela su pasión por la planta geométrica centralizada.

Continuando, Wittkower afirma que para Alberti la basílica se relaciona con el templo y toma a la justicia como don de Dios, ya que el hombre obtiene la justicia divina a través de la piedad y pone en práctica la justicia humana a través del ejercicio judicial: de este modo templo y basílica están relacionados, donde la basílica pertenece al dominio de la religión y es partícipe de la decoración de los templos que es lo más sublime. Donde la iglesia ideal es aquella que representa el ornamento más noble de la ciudad y la cual su belleza supera el ideal de la imaginación, ya que despierta sensaciones sublimes e inspira piedad, posee un efecto purificador y engendra el estado de inocencia que agrada a Dios. Pero, ¿qué es la belleza? Es la proporción, la geometría orgánica. Es por esto su preferencia por la figura del círculo, que es la más perfecta, y por las plantas centralizadas.

También comenta que para Alberti eran compatible el humanismo con la religión y que había que crear arquitectura serena y puritana a través de la proporción.

Luego continua hablando de Francesco Di Giorgio, el cual decía que las formas principales de las iglesias eran los círculos y rectángulos y como tercera imagen una figura que contuviera a las dos anteriores. También era adepto a las plantas centralizadas ya que toma las ideas de Alberti pero con tendencia aristotélica, es decir continua con la idea de la simetría y perfección para ser digno de Dios.

Luego, el autor nombra y explica a Vitrubio con su fascinación sobre las proporciones de la figura humana, la divina proporción, la armonía. Y los estudios de Leonardo da Vinci sobre Vitrubio.

Pasa por un apartado donde nombra a Bramante y Palladio, donde dice que éste último toma las ideas de Alberti con una nueva claridad pero con más detalle, es decir: toma la definición matemática de la belleza, la ubicación de los templos y el color blanco como puro y afín a Dios. Cuando nombra al segundo, se refiere como “mediador cronológico y artístico entre Alberti

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