Fieles al propósito

Fieles al propósito que inspiró la creación de este ejercicio semanal tendiente a reforzar el flujo de información jurídica a las Asambleas y Concejos, buscando aplicar ante todo criterios de utilidad y oportunidad, hoy atendemos las inquietudes de algunos concejos a raíz de las recientes votaciones para conformar las Juntas de Acción Comunal en todo el país. Pues no sólo es la primera elección que se hace bajo la nueva normatividad (Ley 743 del 2002 y decreto 2350 del 2003) , sino que, entre otras novedades, se alargan los periodos a cuatro años, se reconoce el derecho a elegir y ser elegido desde los 14 años, y se traslada el control de las JAC a los municipios y departamentos.

Sabido es que las Juntas de Acción Comunal son organizaciones civiles que propenden por la participación ciudadana en el manejo de sus comunidades. A la vez, sirven como medio de interlocución con los gobiernos nacional, departamental y municipal y buscan la creación de espacios de participación que jalonen el desarrollo en barrios, corregimientos y veredas. Con ellas, los alcaldes también pueden fijar el plan de desarrollo, concertar proyectos y vigilar su ejecución.

En sus 45 años de reconocimiento oficial, las más activas han sido eje de desarrollo y algunas han logrado consolidar proyectos productivos de gran utilidad sus comunidades, así como la construcción de capital social positivo. Hoy, las JAC ejercen control social a la gestión pública y el Ministerio del Interior y los entes territoriales avanzan en su capacitación, sin que dejen de presentarse, lamentablemente, fallas protuberantes relacionadas con malos manejos, intereses politiqueros y luchas de poder personalizado.

Actualmente las JAC no sólo están en un proceso de transición para asimilar la nueva ley 743 del 2003 y el decreto 2350 de 2003 que la reglamenta, sino que las elecciones del domingo pasado evidenciaron distintas clases de conflictos y contratiempos, entre ellos, el desconocimiento del contenido y alcance de la nueva normatividad.

Quedó claro que aún falta conciencia sobre la ampliación de la participación democrática y el surgimiento de nuevas instancias y mecanismos que señalan un interesante reto para las juntas de acción comunal: o aportan la experiencia acumulada de casi medio siglo y se convierten en un efectivo mecanismos de formación y trabajo comunitario y se atemperan a cumplir nuevas funciones de control, de gestión, de veeduría y contratación comunitaria abierta por la Constitución de 1991, o se quedan ancladas en la utilización de las prácticas tradicionales y cIientelistas.

De ahí la utilidad de esta información para las Asambleas y Concejos, sobretodo si se tiene en cuenta que por efectos de la Ley 743 de 2002, el control de las JAC pasó a manos de los gobernadores y alcaldes de municipios de categoría especial y se espera que a mediano plazo, la

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