Fiestas Patrias

Cuando el ambiente aun sufre réplicas de los fenómenos telúricos, tan propios y característicos de un planeta o mundo en formación y, cuando el asedio de los grandes carnívoros hace imperar la ley del más fuerte sin contrapeso….Allí, en un recodo apropiado del río, fuente de vida, con alguna caverna en las proximidades que le sirva de amparo para resistir las inclemencias del tiempo y para protegerse del asedio constante de sus enemigos. Si, allí cercano al agua que proporciona peces y permite cazar pequeñas presas animales en sus cercanías, habita un ser cubierto de pelos, devorando crudos alimentos y aguijoneado constante e incesantemente por el miedo, poseyendo a su hembra entre gruñidos de satisfacción animal.

Ha elegido su hábitat sólo por instinto, sabe que allí está protegido del inclemente tiempo y del acecho de la voraz fauna próxima. Tira en rincones los huesos, restos de sus comidas y en los muros de su morada comienza a trazar tímidos y toscos bosquejos de las imágenes que le preocupan o atraen su interés..

He aquí la naciente pareja humana.

A pesar de su débil contextura y, quizá gracias a aquello, su condición biológica difiere del resto de los seres vivientes que lo circundan. Posee una mano dotada de cuatro dedos implantados hacia adelante y un quinto opuesto a los anteriores. Esta conformación de apariencia intrascendente le permitirá disponer de ellas para construir, crear bellas imágenes sobre tela, perpetuar en el papel la majestuosidad del sonido armonizado, conservar en escritos y libros su historia y pensamiento y, desgraciadamente también, crear elementos de autodestrucción de su especie.

Aun tenemos más, cuenta con una caja craneana muy amplia y copiosamente irrigada donde se alberga una masa encefálica con grandes perspectivas de desarrollo que le permitirán guardar imágenes, hacer abstracciones y adquirir experiencia empleando los sistemas de la memoria y manejar sutilmente los complicados mecanismos del pensamiento.

Las primeras apreciaciones nos dan explicaciones acerca de la presencia del hombre de las primeras civilizaciones en las riberas de grandes cauces o a la orilla de los océanos, donde los primeros aportan su líquido caudal. Las segundas, la irrupción de un ser que, suficientemente evolucionado, llegará, a través del tiempo, gracias a su aptitud de sobre vivencia, a encabezar la escala biológica del planeta.

Bajo la autoridad patriarcal, la mujer junto a los hijos, pasarán a formar la familia. Los hombres, mejor dotados físicamente, perpetuaran y protegerán la especie y se dedicarán a la caza para alimentar al resto. Las mujeres llamadas a la función de conservar la especie; con una configuración pelviana que les dificulta correr, deberán quedarse preparando la alimentación de los cazadores y las pieles para defenderse y defender a sus crías de la crudeza del invierno.

Los ancianos, plenos de valiosa experiencia lograda en tan difícil vida, formarán consejos para gobernar el pequeño núcleo.

Con el tiempo, la defensa y manutención de los intereses comunes, comienza a tornar necesaria la asociación ya que se han ido configurando similares reglas de conducta, práctica de hábitos comunes, lazos sanguíneos y voces afines que desembocan en una natural agrupación de las familias, formándose así el Clan.

Es probable que la dificultosa explicación de los fenómenos físicos de la naturaleza, para ese entonces indemostrables en tan débiles condiciones culturales, haya dado origen a las teologías. Así el politeísmo viene a ser la consecuencia de los muchos beneficios emanados del sol, las lluvias, la bondad se la tierra, etc. Además, la constante actividad telúrica y las tormentas, supone la invención mística de un Thor, un Vulcano, un Pillan, etc.

De este modo el hombre comienza a vislumbrar la divinidad. Aquello que escapa a su entendimiento y a su capacidad interpretativa, pasa al campo confuso y metafísico

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