Filatelia en México

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Creando y compartiendo historias

El servicio postal mexicano, desde el año 1856 ha fungido como una herramienta viable para la distribución de mensajes, desde pequeñas líneas plasmadas en una carta estándar que hoy día tiene un valor de 7 pesos, hasta grandes paquetes que pueden llegar seguros al último rincón de Manila por un cobro que depende de su peso y dimensiones. Hoy día existen múltiples medios de comunicación masiva como es el caso del internet, medio por el cual un mensaje es capaz de llegar a nosotros en fracciones de segundos, cosa que por medio de una carta tardaría en llegar aproximadamente 5 días hábiles; sin embargo ni las redes sociales han podido desplazar del todo al ya tan antiguo sistema de correos, pues siempre habrán documentos u objetos que deban llegar de forma tangible a algún destino, sin mencionar el hecho de que pocas cosas se comparan a la emoción de redactar y recibir una carta.

Hoy día el servicio postal mexicano da empleos a cientos de personas, desde la secretaria que atiende el mostrador y te proporciona tu número de registro hasta los intendentes y acomodadores de paquetes, quienes tienen una ardua labor pues un fallo en un número en el código postal podría ocasionar que éste no llegara a su verdadero destino, sin olvidar a los repartidores, quienes arriba de sus bicicletas o motocicletas detenidas en el tiempo, con maletín de cuero rebosante de cartas ansiosas por llegar a su destino, han pasado a formar parte del acervo cultural y visual de todo mexicano, pues nos remite directamente a la época en que Pedro Infante hacía uso de esos mismos objetos. No hay que olvidar la importancia histórica de este servicio, pues, aunque suene increíble muchos mensajeros perdieron la vida durante las luchas armadas de nuestro país en el cumplimiento de su deber: hacer que el mensaje llegara en tiempo y forma. Incluso estos mensajeros se dividían en cuadrillas de a pie, a caballo, en carreta y en ferrocarril, eran constantemente emboscados pues por medio de ellos tanto zapatistas como villistas y huertistas enviaban informes sobre consíraciones, ubicaciones, golpes de estado etc.

Existe un objeto que debido a su gran importancia merece una peculiar mención y es, sin duda alguna la estampilla postal. Inventada en Europa en el siglo XIX como una herramienta que permitiera establecer un costo fijo para el envío de cartas y pocos años después utilizada en México, la estampilla postal representa mucho más que un simple papel con un monto monetario. Quizás no muchas personas se han tomado unos pocos minutos en observar detenidamente una estampilla postal, pero si hay un observador y difusor constante de los momentos y personajes más memorables de este país es la estampilla o timbre postal. Por sus pequeñas dimensiones han pasado figuras célebres desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta El Santo “El enmascarado de Plata” e iconos de

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