Fines, Objetivos Y Contenidos De La Educacion Fisica.

1. Los fines

Detrás de cada práctica pedagógica existe -como ya se ha dicho- una filosofía: la educación que la fundamenta y que la orienta. Es por ello que la concepción teórica que se tenga acerca de la Educación Física marcará un sistema de valores en que la acción pedagógica se encontrará sumergida y tomará su significado.

Dichos valores se ven consignados en fines educativos que, recordémoslo, han de concordar con los de la educación general, aunque contemplando -claro está- la especificidad del área. Así, los fines vienen a constituir el norte de todo proceso de intervención docente, a partir del cual se marcarán las metas -cada vez más concretas- del producto educativo (general y específico de cada área).

Son varias las relaciones elaboradas en las últimas décadas sobre las metas generales que la Educación Física debe perseguir. De ellas entresacamos tres para reflejarlas aquí, bien por su importancia y actualidad normativas, bien por su valor científico.

El Diseño Curricular Base elaborado por el M.E.C. presenta como finalidades del área de Educación Física las que a continuación se enumeran:

- La autonomía de acción en el medio.

- La sociabilidad.

- Los aprendizajes instrumentales básicos.

- La mejora de posibilidades personales.

El Manifiesto Mundial sobre la Educación Física elaborado por la Federación Internacional de Educación Física (F.I.E.P.) recoge como grandes finalidades de la Educación Física las siguientes:

- Un cuerpo sano y equilibrado.

- Una aptitud para la acción motriz.

- Valores morales.

Existen serios estudios que, a partir de varios niveles y procedimientos de exploración e investigación, han pretendido modificar las grandes metas que se quie¬ren perseguir con la práctica del ejercicio motor. Entre los más destacados cabe citar el elaborado, con el patrocinio de la A.A.H.P.E.R., por A. Jewet y otros colaboradores [1974], que determina los grandes fines y objetivos en función de los propósitos del movimiento humano. Los resultados obtenidos en éste y otros estudios y rigurosos análisis -como el realizado por Cagigal [1979] tomando como referencia el de Jewett-nos conducen a una reflexión que arranca de esa realidad antropológica unitaria que es la persona (sujeto de la Educación Física). De ahí, y a partir, por un lado, del valor del cuerpo, y, por otro lado, de la realidad del niño y del entorno en el que vive, podríamos establecer los grandes fines de la Educación Física del siguiente modo:

- Desarrollo individual: el hombre dueño (señor) de sí mismo.

- Adaptación al espacio, al medio físico: el hombre adaptado corporalmente a su entorno físico, al que controla.

- Integración en el mundo social: el hombre relacionado con los demás.

4.2. Sobre los objetivos de la Educación Física escolar

Según el proceso operativo de las metas educativas, los objetivos constituyen, sin más, un nivel de mayor concreción semántico-práxica respecto de los fines, que son excesivamente abstractos, aunque aquéllos han de ser producto inmediato de éstos.

Sin olvidar la complejidad del concepto Educación Física ni sus múltiples apli-caciones e implicaciones en el desarrollo humano, podrían concretarse, a la vista de sus fines y de las taxonomías elaboradas, los objetivos generales de nuestra área para su especialización paidológica. Su determinación y análisis suponen siempre condicio¬nes previas y necesarias para establecer la programación didáctica.

Cualquier relación de objetivos debería atender básicamente a dos categorías inseparables en la práctica pedagógica, pero que, por las necesidades del análisis teórico, diferenciaremos.

De una parte, los objetivos de ámbito específico de la Edu¬cación Física: desarrollo de los aspectos cuantitativos del movimiento o condición física y de los aspectos cualitativos o condición motriz. De otro lado, los que podría¬mos denominar de ámbito concomitante: son los de orden afectivo-social (aquéllos que apuntan al desarrollo de factores inherentes a la formación del carácter y la personalidad del sujeto) y los de ámbito cognitivo (fundamentos fisiológicos, principios mecánicos, elementos técnicos, tácticos y reglamentarios, etc. de las tareas prac¬ticadas).

El cuadro núm. 4 quiere reflejar esquemáticamente, y clasificados por ámbi¬tos educativos, los elementos que deben ser ceñidos en cuenta para la formulación de los objetivos y la selección de los contenidos.

La revisión de los objetivos de la Educación Física durante este siglo nos confirma que no se ha de atender únicamente a metas corporales, desvinculadas del resto de los aspectos de la conducta personal. En otras palabras, nos permite afirmar que, además de sus objetivos específicos; es también deber de la Educación Física abordar los objetivos generales de la educación. Y éstos pueden alcanzarse merced a la estrecha relación que existe entre la intencionalidad de la actividad que se ha de realizar, la forma en que se realiza y la ejecución misma de la acción. Estos objetivos, que han de perseguirse de forma concomitante a los específicos, deben traducirse en hábitos operativos, condición esencial del éxito pedagógico.

En todo caso, permítasenos decir que -desde una fundamentación científica sólida- lo que nuestra Área ofrece en exclusiva al currículo escolar son sus objetivos específicos, no poco importantes por cierto, en una educación actual. Otros objetivos han de ser alcanzados, digamos, como sub-producto de éstos.

Procedería ahora identificar los objetivos específicos que, desde nuestra concepción teórica de la Educación Física, deberían ser abordados en esta etapa de educación primaria. Sin embargo, y con el objeto de evitar repeticiones remitimos al lector al capítulo especial que desarrolla el tema de los objetivos.

4.3. Los contenidos de la Educación Física en la primaria

Si los contenidos educativos responden a la pregunta qué debe enseñarse o qué debe ser aprendido, en la Educación Física escolar los contenidos consisten fundamen¬talmente en aquellas destrezas y habilidades concretas susceptibles de ser incorporadas al bagaje motor de los alumnos, para que las utilicen de forma eficiente, creativa y fruitiva en las más diversas situaciones. Aunque, por supuesto, no hay que olvidar por ello que en nuestra área un conocimiento técnico-científico sobre el para qué, el qué y el cómo realizar las referidas destrezas también puede constituir un contenido educativo, siempre que dicho conocimiento

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