Francisco Boix

“Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla” quiero empezar con esta frase de Napoleón Bonaparte, las fotografías nos ayudan a ilustrar lo que muchas veces las letras no pueden explicar por sí mismas.

El trabajo de Francisco Boix fue de sumo valor para poder dar a conocer lo que pasaba dentro de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, gracias a ellas, podemos darnos cuenta y hacer más tangible la historia. De forma gráfica podemos vislumbrar los horrores a los que fueron sometidas estas personas, tener esta serie de imágenes presentes es importante para la humanidad como un recuerdo latente de lo que es capaz de llegar a hacer.

La historia está llena de errores, pero sin duda una imagen vale más que mil palabras y aunque parezca frase trillada, debemos reconocer que si alguien nos hubiera contado la clase de torturas, las condiciones en las que vivían, si es que se le puede llamar vivir a eso; no lo hubiéramos creído, es por eso que creo que la fotografía juega un papel fundamental dentro de la historia.

En mi caso, amo documentar todo cuanto puedo, es importante dejar un legado gráfico de todo lo que sucede a nuestro alrededor, movimientos sociales, luchas, fenómenos naturales, en fin, es necesario que las generaciones futuras sepan lo que pasó para que puedan comprender el por qué están ahí, por qué es que las cosas llegaron a “x” o “y” punto, que tengan una idea más tangible de cómo vivimos en esta época y que tipo de decisiones fueron las que los llevaron a ese punto.

Creo que hubiera sido grandioso tener una fotografía de Mozart, Jesucristo o Bach, saber cómo era la vida en ese entonces, forma de vestir, comer, jugar; tener una idea clara, en su lugar tenemos pinturas, pero no deja de ser una interpretación tanto del artista como del antropólogo o del arqueólogo. He ahí la importancia de una imagen fiel de la realidad, la fotografía.

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