Generalidades Del Conocimiento
Enviado por DreyesR • 13 de Octubre de 2013 • 2.010 Palabras (9 Páginas) • 2.901 Visitas
GENERALIDADES DE CONOCIMIENTO
Hoy día es cada vez más visible en nuestra cultura la búsqueda de la plenitud. Al parecer, el tener un mejor estándar de vida no es suficiente para muchos. Si bien crecemos en el desarrollo tecnológico, de las ciencias, organización social, infraestructura, entre muchas; existe una importante tendencia a buscar aquello que lo anterior no necesariamente nos puede entregar.
El anhelo de responder a las preguntas que desde siempre se ha hecho el ser humano: “Quién Soy, para dónde voy, cuál es el sentido de mi existencia, cómo puedo vivir plenamente y gozar la vida al 100%” entre otras, ha dado una importancia cada vez mayor a lo espiritual, lo trascendente, aquello que pueda llevarnos a descubrir el sentido a la vida, de encontrar el camino para realizarnos. Así vemos por ejemplo el creciente número de personas que practican diversas religiones, incluso aquellas que pertenecen a otras culturas como la oriental. (Budismo, Taoísmo, Hinduismo, Yoga, entre otras)
Si bien en nuestra cultura valoramos mucho la vida social, el estar muy comunicados, el éxito, el luchar por alcanzar las más altas metas, existe siempre un mundo desconocido, misterioso, que se encuentra dentro de cada uno de nosotros.
Es el mundo de la propia persona, del corazón, donde habita lo más original de cada uno. Allí donde se originan las más profundas penas y angustias, y donde también habitan nuestras virtudes, nuestros más grandes sueños, las genuinas motivaciones para vivir cada día. Se encuentra allí concentrado (al igual que una semilla), toda la potencialidad que tenemos dentro como seres humanos y que dependiendo de nosotros, podemos o no desarrollar y hacer crecer en nuestra vida.
LOCUS DE CONTROL
El locus de control, también conocido como control interno-externo, es un concepto que describe el hecho de que para una tarea determinada, las personas se comportan de forma muy diferente según crean que su ejecución depende de ellos mismos o no. Las personas que creen que el desarrollo de determinada tarea depende de ellos mismos tienen un locus de control interno, mientras que las convencidas de que el desarrollo exitoso de la tarea depende de factores externos tienen un locus de control externo.
Se considera que el locus de control es un rasgo de la personalidad estable en el tiempo, y sitúa a las personas en un continuo según la responsabilidad que aceptan sobre los eventos sociales que experimentan -que pueden ser positivos, negativos o neutros-. Así se muestra el grado en que un individuo percibe el origen de su propio comportamiento, ya sea de manera interna o externa a él.
Locus de control interno
Un individuo con locus de control interno tendrá tendencia a atribuir a causas internas todo aquello que le suceda. Por ejemplo, un estudiante que obtenga una buena nota en un examen atribuirá el resultado a su esfuerzo y horas de estudio. Estas personas perciben que los eventos positivos o negativos ocurren como efecto de sus propias acciones y que están bajo su control personal. Así, estas personas valoran positivamente el esfuerzo y la habilidad personal.
Los individuos con locus de control interno están más inclinados a litigar en caso de crisis interpersonal. Además, experimentan mayores satisfacciones personales que los individuos con locus de control externo y tienen una imagen de sí mismos más positiva.
Locus de control externo
Un individuo con locus de control externo tendrá tendencia a atribuir a causas externas todo aquello que le suceda. Por ejemplo, un estudiante que obtenga una mala nota en un examen puede atribuir su fracaso a la mala suerte, la excesiva dificultad de la prueba o la extrema severidad del profesor. Estas personas perciben el refuerzo como no contingente a sus acciones sino como resultado del azar, el destino, la suerte o un poder sobrenatural. Así, el locus de control externo es la percepción de que los eventos no se relacionan con la propia conducta y que por ende no pueden ser controlados, de manera que no se valora el esfuerzo ni la dedicación.
Los individuos con locus de control externo pueden mostrarse más confiados al enfrentarse a problemas graves como las enfermedades, atribuyéndolas a un factor externo y aceptando la posibilidad de sobrevivir. Un individuo con locus de control interno buscará probablemente una causa interna (que puede no existir), lo que le llevará a un estado de nerviosismo y ansiedad.
TOLERANCIA A LA AMBIGÜEDAD Y LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES
Tolerancia a la ambigüedad significa que no necesitamos respuestas rápidas, ni tener que controlarlo todo. Las respuestas que damos a los interrogantes existenciales y las soluciones a los problemas vitales no tienen por qué ser ni perfectas ni definitivas.Debemos sentirnos cómodos con las respuestas parciales y las explicaciones incompletas. Hay que resistirse a la tentación de dar respuestas y directrices fáciles.
Una persona tolerante se siente cómoda viviendo con lo desconocido, sin la necesidad impulsiva de obtener resultados rápidos y espectaculares. La vida es un proceso lento y laborioso, y requiere hallar la satisfacción en unos resultados limitados que sólo se obtienen con mucho esfuerzo.
Desde tiempos remotos ha habido un gran interés en las diferencias individuales, tanto por lo fascinante que resulta saber sobre la variabilidad humana como porque las distintas habilidades y comportamientos que nos diferencian ayudan a establecer nuestra propia individualidad y a predecir el comportamiento ajeno. Este conocimiento tiene importantes repercusiones en nuestro desenvolvimiento personal, profesional o académico. Si nos asomamos a la historia podemos comprobar algunas de las clasificaciones que se han hecho sobre aptitudes, características y peculiaridades personales.
En la Grecia clásica desde Homero a Platón, Aristóteles o Cicerón ofrecieron diferentes explicaciones al origen de la inteligencia, las capacidades personales, las diferencias individuales, fundamentos de la inteligencia o definición de persona.
El médico y filósofo Hipócrates (460-355 a.C) planteó la doctrina de los humores, que sería la primera teoría de las diferencias individuales, especialmente en lo que al temperamento y carácter se refiere. Hipócrates, partiendo de una propuesta de Empédocles,
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