Genética Y Eugenesia
Enviado por InesCardona • 13 de Mayo de 2015 • 2.287 Palabras (10 Páginas) • 187 Visitas
GENÉTICA Y EUGENESIA.
Dios ha creado el hombre a su imagen y semejanza: “varón y mujer los creó” (Gn 1,27), confiándoles la tarea de “dominar la tierra” (Gn 1,28). La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites.
Sería por ello ilusorio reivindicar la neutralidad moral de la investigación científica y de sus aplicaciones. Por otra parte, los criterios orientadores no se pueden tomar ni de la simple eficacia técnica, ni de la utilidad que pueden reportar a unos a costa de otros, ni, peor todavía, de las ideologías dominantes. A causa de su mismo significado intrínseco, la ciencia y la técnica exigen el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la moralidad: deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables y de su bien verdadero e integral según el plan y la voluntad de Dios.
El rápido desarrollo de los descubrimientos tecnológicos exige que el respeto de los criterios recordados sea todavía más urgente; la ciencia sin la conciencia no conduce sino a la ruina del hambre. “Nuestro tiempo, más que los tiempos pasados, necesita de esa sabiduría para humanizar más todas las cosas nuevas que el hombre va descubriendo. Está en peligro el destino futuro del mundo, a no ser que surjan hombres más sabios”. (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Donum vitae, 2).
GABSLa genética se define como la ciencia biológica que estudia los fenómenos de la herencia y la variación en las especies animales. Se divide en varias ramas según su objeto y método de estudios, y se puede decir que es una de las ciencias que más se han desarrollado en los últimos años. Ha conseguido, por ejemplo, grandes avances en el conocimiento de la información genética contenida en cada uno de los cromosomas y ha desarrollado múltiples aplicaciones técnicas para la producción de nuevas moléculas de uso industrial y también para elaborar insulina humana, vacunas antigripales y antihepatíticas. Ha llegado a localizar genes patógenos en sujetos sanos mediante sondeos del DNA o por otros métodos y ha comenzado a abrir nuevas vías de experimentación, como la geneterapia o curación de enfermedades y lesiones a través de los genes. Estas conquistas ponen de manifiesto la grandeza del Creador, porque permiten constatar el orden inherente a la creación y apreciar las maravillas del cuerpo humano desde sus primerísimos estadios.
Sin embargo, no todo lo que es científicamente posible es éticamente correcto, ni todo lo que implica progreso está a favor del ser humano. Esto se aplica de modo especial a la genética, cuando trabaja con seres humanos vivos. No se puede decir que toda la genética es pecado, pero tampoco se puede afirmar que en este campo todo está permitido. El juicio moral depende de los niveles de intervención y de los fines que se buscan en las distintas intervenciones.
FER DE ALBARespecto a los niveles de intervención, las modificaciones en el patrimonio genético pueden realizarse sobre células somáticas, células germinales o sobre los mismos embriones. Células somáticas son las que componen el cuerpo humano y están diferenciadas según los órganos. Sobre la intervención en ellas no existe ningún problema ético.
Las células germinales son las que intervienen en la reproducción humana y en este nivel se encuentran problemas morales en la experimentación no terapeútica. Las células primordiales germinales (PGC) son células con capacidad de diferenciación hacia diversos tejidos dentro del embrión, por eso se denominan “células madres”, “células estaminales” (stem cells), “células troncales” o “células totipotentes”. El uso de estas células que se encuentran, por ejemplo, en el cordón umbilical, puede ser de gran ayuda terapéutica para los casos donde resulta necesario un transplante de médula ósea. Sin embargo, cuando se extraen células estaminales de un embrión, este ya no puede seguir desarrollándose y muere.
Las intervenciones sobre el embrión humano revisten un carácter moral por el alto riesgo que hay de comprometer la vida del embrión o su futuro genético. Ciertamente, como en cualquier acción médica sobre un paciente, son lícitas las intervenciones sobre el embrión humano siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual. De todos modos, sea cual sea el tipo de terapia médica, quirúrgica o de otra clase, es preciso el consentimiento libre e informado de los padres, según las reglas deontológicas previstas para los niños, aunque en el caso de un embrión o un feto, este principio moral puede requerir delicadas y particulares cautelas.
Sin embargo, si las intervenciones sobre el embrión son experimentales, no hay que olvidar que se está experimentando con seres humanos. Utilizar el embrión humano o el feto, como objeto o instrumento de experimentación, es un delito contra su dignidad de ser humano, que tiene derecho al mismo respeto debido al niño ya nacido y a toda persona humana. El respeto de la dignidad del ser humano excluye todo tipo de manipulación experimental o explotación del embrión humano. La praxis de mantener en vida embriones humanos, in vivo o in vitro, para fines experimentales o comerciales, es completamente contraria a la dignidad humana. Los intentos y proyectos de fecundación entre gametos humanos y animales, la gestación de embriones humanos en úteros de animales y la hipótesis y el proyecto de construcción de úteros artificiales para el embrión humano son contrarios a la dignidad de ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el derecho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonio. También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano sin conexión alguna con la sexualidad mediante “fisión gemelar”, clonación, partenogénesis, deben ser considerados contrarios a la moral en cuanto que están en contraste con la dignidad tanto de la procreación humana como de la unión conyugal.
La misma congelación de embriones, aunque se realice para mantener en vida al embrión -crioconservación-, constituye una
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