Guillaume Côté: Lost In Motion

un film corto creado para promocionar a la compañía del Ballet Nacional de Canadá es dirigido por Ben Shirinian, producido por Krystal Levy Pictures y protagonizado por el hombre que trasciende la realidad con el poder de la danza: Guillaume Côté. Formando parte de la compañía, el primer bailarín muestra en el videoclip la perfección de un cuerpo que vibra en movimiento.

Con un extenso repertorio que abarca desde piezas neoclásicas hasta contemporáneas, el bailarín que ha representado papeles principales en El Lago de los Cisnes y Romeo y Julieta, entre muchas otras, nos quita el aliento con uno de los vídeos más simples y llenos de belleza contenida en un solo cuerpo.

Una pasión vista desde cámaras que gracias a la tecnología nos permiten ver a una velocidad muy lenta los movimientos perfectamente bien estructurados que Guillaume Côté ejecuta con su cuerpo trabajado y entrenado de una manera en que pocos bailarines lo han hecho.

Con una coreografía de él mismo, Côté se ve “perdido en el movimiento” a lo largo de la ejecución de su pieza a la par de la música de James LaValle.

Quizá a muchos no les suene el nombre de este bailarín canadiense, pero es el protagonista de uno de los vídeos más populares del momento en el mundo de la danza, “Lost in Motion´´.

En “Lost in motion´´, Côté aparece sólo delante de un único fondo azul, y durante dos minutos y medio lo vemos desplegar todo su arte tan limpiamente cómo una gota de agua, ayudado por unos efectos cinematográficos muy elegantes.

El vídeo se grabo para “Bravo!FACT´´, una fundación de un canal de televisión norte americano para la ayuda al talento canadiense, con Ben Shirinian como director. La grabación, que tuvo lugar en Toronto, duró apenas un día. Côté bailó delante de un fondo en chroma verde y el fondo azul que vemos en el vídeo, se añadió en la postproducción.

El detalle de las imágenes se debe a una cámara Phantom, que permitió grabar a 500 frames (imágenes) por segundo (El LA Times dice 1000 frames por segundo). Un punto curioso es que a tal velocidad, la cámara sólo permitía grabar en intervalos de 8 segundos, por lo que Côté tuvo que adaptar su coreografía a esa duración.

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