HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA METODOLOGÍA PARA LA ELABORACIÓN
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DOMINGO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2012
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA METODOLOGÍA PARA LA ELABORACIÓN DE PLANES COMUNALES DE SEGURIDAD CIUDADANA Y CONVIVENCIA
Plantear un modelo de seguridad ciudadana, bajo una concepción liberadora, implica transformar los modos sobre los cuales se han desarrollado las políticas públicas en el área. Esto requiere superar a través de la participación comunitaria los problemas que generan violencia, y las formas de convivencia que no contribuyen sustantivamente en la superación de los mismos.
En este sentido, la construcción de políticas públicas de seguridad ciudadana en Venezuela, han sido formuladas a partir de la concepción del Estado de Weber (1919), que lo expresa en términos de la monopolización dentro de un territorio, de la violencia física legítima como medio de dominación, por tanto, beneficiando particularmente a la clase burguesa, a partir de acepciones generalizadas establecidas por la sociedad capitalista, que ni siquiera han sido científicas; razón por la cual la subjetividad de las clases dominantes ha imperado en la toma de decisiones.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000) en su artículo 55 indica lo siguiente:
Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado, a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes (...) La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de emergencias será regulada por una ley especial.
Este artículo deja entrever que la seguridad ciudadana es política de Estado, pero abre el camino para la participación comunitaria en su construcción.
Al respecto la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) indica que este espacio educativo “no sólo constituye una necesidad de cara a dar respuestas efectivas a los problemas generados por las distintas formas de violencia, sino primordialmente es un elemento fundacional de una nueva manera de entender el proceso democrático en nuestra sociedad y el rol que juegan en él dichos organismos públicos” (UNES, p. 20). Igualmente plantea en sus objetivos: “Impulsar la participación protagónica del pueblo venezolano en la formulación, ejecución y evaluación de políticas públicas en materia de seguridad” (UNES, p. 23), es decir que se adhiere al modelo de democracia venezolana.
Siendo la UNES la institución propuesta para abordar de manera científica los problemas referentes a la seguridad ciudadana y violencia, la misma constituye el principal ente asesor para la generación de propuestas a desarrollarse institucionalmente con el fin de atender estas áreas. Si la proposición se asume bajo los confines del recinto universitario, ignorando la participación ciudadana, los resultados pudieran dirigirse de acuerdo a las interpretaciones de la realidad que realizan los investigadores, que siguen viendo a la comunidad como objeto de investigación; lo que haría vulnerable el nuevo modelo.
Esto exige que la comunidad sea partícipe y sujeto de la transformación de su realidad concreta, produciendo nuevo conocimiento, que determine nuevas formas del hacer, a partir de la acción colectiva, superando las visiones de la construcción exclusivamente individual del quehacer científico.
Dos Santos (2007) argumenta que la: (...) concepción del saber local ha tenido fuertes críticos, que afirman que el saber es una construcción híbrida y exigen un enfoque diferente de los saberes, en una perspectiva situacional. La lógica binaria subyacente en el modo científico de reflexionar plantea una construcción del mundo que estructura profundamente las representaciones del conocimiento en los contextos en los que este es producido. Esta forma de concebir el saber es fruto del modelo cartesiano, que divide el mundo entre el sujeto que sabe y el objeto que va a ser estudiado. En esta perspectiva todos los conocimientos son socialmente construidos -o sea, son el resultado de prácticas socialmente organizadas que implican la movilización de recursos materiales e intelectuales de diferentes tipos, vinculadas a contextos y situaciones específicas- (...) Debido a que el conocimiento científico ha sido definido como el paradigma del conocimiento y el único epistemológicamente adecuado, la producción del saber local se consumió como no-saber, o como un saber subalterno. (p. 24)
Para Gómez (2008) los elementos a tomar en cuenta para la
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