HISTORIAS DEL PUTUMAYO

BASTAYA VIVE EN LAS AGUAS DEL RIO PUTUMAYO

Como de costumbre desayunar lo que trae el rio Putumayo en sus corrientes  turbulentas y fuertes, salto y se  sumergió rápidamente entre las aguas oscuras donde casi no  penetraba los rayos del  sol. No se de donde venia, ni quien había arrojado una capa verde toxica, solo sé que la realidad de los humanos es liberarse de lo que no sirve y la manera mas sencilla es botarla al rio, porque el rio se encarga de llevarla, porque simplemente es basura. Desesperado por lo que estaba sucediendo afuera, sus ojos derramaron una última gota de agua pura. El rio se estaba contaminando a causa de los derrames de petróleo, basura, fungicidas. Muchos peses querían salir del rio Putumayo o quizá navegar rápidamente hacia otras aguas. Desesperados por salvar sus vidas nadaban de prisa, todo era imposible, muchos de los amigos de Bastaya habían muerto. Aquel día marco historia en su corazón.

Bastaya era  un pececito plateado, tierno, sabio e inteligente, era uno de los pocos que sobrevivieron de la manada, en la creciente  del 19 de julio del 2012. Esa noche llovía sin parar todo era un caos, en el rio solo había terror, las aguas estaban furiosas, chocaban con fuerza y cada vez el nivel del agua crecía, En una playa cerca donde  pescadores y votes grandes se alojan estaba yo. Sentí tanto dolor al ver a mi madre luchar contra las aguas pero era imposible ya estaba débil, había sido de mucho esfuerzo lograr estar bien durante la creciente. ¿Qué lugar era seguro en aquel instante?. Mi madre lucho hasta el último momento con nosotros en su boca.

El rio había arrasado con los chiparos, peñas, viviendas, animales, esto lo  hacia mas difícil, durante el recorrido hacia donde iban apresuradas las aguas iba yo, triste porque uno a uno de mis hermanos desaparecía, solo pensaba quizá quiso quedarse. Después de un largo rato, un golpe muy fuerte sacudió a  mi madre y me sentí libre, grite desesperado.

-Madre, madre donde estas, yo estoy bien no te preocupes.

Solo en las aguas del rio Putumayo estaba Bastaya, sentí miedo todavía era muy chico, todo me parecía difícil enfrentar los peligros de las aguas desde aquel día. Me deje arrastrar por las aguas hasta que ya todo era normal. Normal estaba el rio al atardecer, aunque la mitad de la población de puerto asís lo había perdido todo. La cruz roja Colombiana brindo primeros auxilios a la población afectada. Pero mi vida había cambiado, recordé que  cuando apenas era un atún asea un bebe mi madre replicaba, “nada es para siempre, tu debes luchar por ti mismo y ser el protagonista de tu vida”,  tuve fuerzas y me sumergí hasta lo mas profundo, donde las aguas chocan con las rocas y se purifican.

-¡Ho…! Quién anda hay, sentí que mis escamas se ajustaban mas y mas  a mi pequeño cuerpo, solo era señal de que estaba en peligro. Entre a la cueva y pase desapercibido, nadie estaba allí, era mi nuevo hogar.

Mientras pasaba una  pequeña aventura sin mi madre y sin el  resto de la manada, Sergio  pescaba en el rio entretenido porque aquel día  había pescado muchos peces, satisfecho volvió a casa pero algo estaba por pasar, algo que le cambiaria su forma de pensar y pasar de un problema a una solución  inmediata.

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