Haciendo Calidad O Sufriendo
Enviado por MariaGL • 5 de Agosto de 2011 • 1.734 Palabras (7 Páginas) • 613 Visitas
Estoy Haciendo Calidad o Sufro con la Calidad
Autor: Ma. Aurora González Lojero
Coordinación de Calidad y Normatividad Del. Sur.
gestion.directiva@imss.gob.mx
Cuando dirijo una empresa y hablo de calidad, debo en primer lugar examinar mis
sentimientos, cuando lo estoy hablando, ¿me siento orgulloso o de lo contrario me
desespera el tema? La respuesta es importante, sobre todo porque si bien la
respuesta es individual, el impacto definitivamente es grupal, pues todo lo que
hace o piensa el líder de una organización tiene una trascendencia no sólo para su
equipo de trabajo sino también para sus sistemas de trabajo, procesos y por
supuesto para los resultados que se obtienen.
Lo que usted en este momento esta pensando de la calidad sea bueno o malo,
triplíquelo, maximícelo y eso será lo que su equipo de colaboradores siente,
piensa y actúa sobre la calidad.
Los síntomas son clásicos y evidentes, cuando creo en la calidad y he logrado
traducirlo, es decir, llevarlo de lo teórico a lo práctico, las juntas para ver asuntos
de calidad se han integrado a las reuniones operativas y rutinarias, no se percibe
el tema como algo aislado a la operación y los compañeros que integran la
dirección, los de la operación, están todos en la misma línea, la calidad no
pertenece a un área sino a toda la compañía, a cualquier persona que se
encuentra dentro de la plantilla incluso nuestros clientes hablan de ella.
Los resultados obtenidos no son obra de una gran inspiración sino del esfuerzo
constante y perseverante de todos, de la planeación tanto estratégica como
operativa, de la identificación clara de las necesidades del entorno y de nuestros
clientes, traducidas a procesos, de sistemas de información que integran a nuestra
compañía y sirve básicamente para lograr un aprendizaje organizacional y para la
toma de decisiones.
En caso contrario, cuando nuestros pensamientos sobre la calidad son pésimos,
entonces los síntomas son también claros, cuando se habla de calidad, es
exclusivamente en la reunión que se hizo para ello, como resultado de que el jefe
asistió al último congreso de Supervisores, o al de Calidad, o quizá llegó la orden
del Corporativo o está en algún curso o diplomado; por lo tanto pensar en la
reunión nos da flojera, y le pedimos a Dios, que por favor la cancele, generalmente
estas juntas son para atacarnos o relajarnos de la pesada carga cotidiana, los que
saben del tema son exclusivamente la alta dirección y a veces ni ellos, nadie sabe
exactamente para qué sirven y se convierten en un fastidio.
En este tipo de organizaciones, por supuesto que se logran resultados, (no tienen
otro remedio sino…. los corren) pero a costa de mucho esfuerzo y más de las
veces tampoco se sabe por que están bien o por qué en ésta ocasión les va mal;
confunden los principios de autoridad y autoritarismo, confunden los objetivos con
los medios para lograrlo, (incluso la calidad se toma como un objetivo y no una
herramienta para lograr los objetivos) la información se traduce como informes y
no se discrimina qué datos nos proporcionan información y conocimiento, están
apurados en informar no saben qué, ni para quién, pero hay que informar; los
controles son el mecanismo más importante, hay que cuidar la producción, los
informes, a la personas, el número de juntas, las veces que nos levantamos,
incluso si vamos al baño hay que reportarlo, perdemos la visión de para qué
estamos ahí y nos damos a la tarea, de trabajar, trabajar y trabajar, otra vez no
sabemos bien para qué, pero no hay que detenernos.
El clima organizacional se percibe como duro, intransigente pero lo más
importante es que ni los trabajadores ni los accionistas entienden por qué se les
ocurrió crear un área de calidad, que no se traduce como beneficios no sólo
económicos, sino también como sistemas de trabajo, en las que las personas
realmente disfrutan la Calidad.
Los resultados siguen siendo variables y dependiendo de las circunstancias no
son dependientes de las acciones establecidas y bien pueden ser los mismos
antes de meterse en ese embrollo que algunos llaman CALIDAD.
Si lo mencionado anteriormente sobre lo terrible que es la Calidad, permítanme
realizar algunas consideraciones, el problema no es la Calidad, sino como la
afrontamos en nuestra organización, NO se debe considerar una moda, ni una
imposición, porque entonces son las mejores maneras de echar a perder una
buena intención.
Cuando nos decidimos a mejorar nuestros servicios o productos entonces la
Calidad es una herramienta que podemos utilizar para lograr ese objetivo, pero
como buena herramienta tiene toda una técnica para utilizarla la cual, si la
desconocemos o no la usamos para lo que es, entonces pierde toda su
efectividad.
Necesitamos prepararnos y saber qué podemos y qué debemos implementar
antes de realizar cualquier cambio; el entusiasmo desenfrenado generalmente da
como resultado un maravilloso trancazo, lleno de calidad, pero trancazo al fin y al
cabo.
Si estamos de acuerdo en lo anterior entonces, debemos partir de la premisa que
la Calidad no es el problema, sino la manera en que la hemos manejado, lo
primero que debemos hacer es:
1.- Capacitar, no sólo al personal operativo, (generalmente creen que es el que
más lo necesita, déjenme decirles que están en un error, LO NECESITAN
TODOS), sino también al directivo, por lo tanto el problema no es capacitar sino
definir el enfoque de para qué la queremos, de acuerdo al rol que jugamos, la alta
dirección debe formarse para el desarrollo de competencias que le permitan dirigir
y reestablecer el rumbo; la Calidad, necesita buenos capitanes que sepan hacia
donde van y logren desarrollar
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