Happy Chocolate

de un mes de haber comenzado con los puestos ambulantes las ventas ya no eran las mismas, bajaron al punto donde ya no les generaba tantos ingresos como antes, los dueños consideraron que tenían que cerrar su negocio, su empresa y por ende despedirse de todos sus sueños, en lo cual María no estaba de acuerdo.

Un mes después de haber pensado en todas las posibilidades que tenían para poder salvar su negocio a María se le ocurrió el crear un exquisito chocolate, para poder ponerles una cubierta de chocolate, y así poder salvar su negocio. Cuando Rodrigo se entero de la idea de María se emocionó tanto que él le dijo que podrían hacer la receta de chocolate que su abuelita le había enseñado cuando él era muy pequeño.

Después de dos semanas de estar perfeccionando la receta de chocolate de su abuelita, llegaron a un sabor extraordinario, delicioso, que era en verdad una maravilla. El día que decidieron vender sus donas con chocolate sus ventas fueron tan grandes que se desplomaron, solo querían consumir esas donas tan famosas que eran de la capital de Veracruz. Les hacían pedidos grandes para tiendas, para las panaderías, para fiestas y para muchos otros eventos, después de los magníficos resultados que dio la dona de chocolate decidieron solo dedicarse a ese tipo de dona.

Muchos quisieron adueñarse de la receta del chocolate y asociarse para poder vender el chocolate que usaban en la cobertura de chocolate, pero María nunca acepto porque argumentaba que esa receta era familiar, la empresa que era dueña de la marca de “Chocolate Mi Abuelita” también fracaso al querer adquirir esta suculenta receta.

En el año de 1966 se dedicaron a ser una gran distribuidora, así fue como día a día siguieron conservando la popularidad y la grandeza de su empresa. Fue tanta su fama que se dieron a conocer poco a poco en toda la República Mexicana y hoy en día en los Estados Unidos de América es una marca registrada y muy importante. En el año de 1970 los propietarios decidieron casarse, así la gran empresa solo tenía que ser familiar por ende ellos ahora le enseñan la receta a sus hijos para que el día de mañana cuando ellos ya no estén sigan con la empresa que crearon sus padres y poder seguir dando a conocerlas famosas donas “Happy Chocolate”, nombre que le dio María porque en el año de 1975 mientras su pequeña hija, Noemí le ayudaba a preparar una mini dona hizo con la masa una sonrisa por eso decidieron ponerle la “Dona Feliz”. En el año de 1989 los hijos de Rodrigo y de María cambiaron el nombre de la empresa al que hoy conocemos como “Happy Chocolate”.

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