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Henry Ford


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  894 Palabras (4 Páginas)  •  321 Visitas

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Vocación Profesional: Henry Ford, una vocación bien definida

Gabriel Marañon Baigorrí

26 agosto 2008

Sección: Hijos y educación

Henry Ford, el magnate del automóvil, nació en una humilde granja de los Estados Unidos. Cuando de niño venía de la escuela, su sitio favorito era estar junto al fuego de la cocina. Y allí se pasaba horas y horas entretenido en desarmar un reloj y en armarlo otra vez. Quería ser relojero.

Siendo adolescente, empezó a hacer toda clase de experimentos de física, por eso, no consentía que se tirara nada a la basura, ni siquiera un cuchillo rolloso, ni una lata de conservas.

En una ocasión construyó una represa, con el fin de probar la fuerza del agua, pero la hizo tan sólida que los campos vecinos se anegaron y el padre tuvo que pagar una buena suma de dinero. Su madre decía, toda apenada: "Es un excéntrico, cualquier día saldrá fabricando una máquina."

Henry Ford cobró gran afición a la mecánica. Se metió por todos los talleres y se hacía explicar el funcionamiento de las máquinas y motores. Cuando iba a la ciudad acompañado de su padre era para él un día de fiesta detenerse en los comercios y ver en sus escaparates la maquinaria que se ofrecía en venta.

Un día, oyeron un estrépito horroroso en la carretera: salieron todos los vecinos y entre ellos Henry Ford y vieron todos un automóvil en que el conductor tuvo que moderar la marcha para no espantar los caballos. Entonces apenas había automóviles. El muchacho se acercó al conductor y comenzó a hacerle mil preguntas, que aquél no tuvo más remedio que contestar explicándole todo el mecanismo del automóvil. Henry Ford, entonces, se fabricó un coche de madera y por motor puso una lata vacía. Cuando cumplió los dieciséis años quiso ir a trabajar a Detroit. El padre quería que fuera granjero como él. Pero el muchacho, obstinado, quería estudiar Ingeniería en una de las fábricas de Detroit. Se colocó en un taller y trabajó con tal diligencia y entusiasmo que parecía ser el dueño del negocio. Cuando regresaba a la casa de huéspedes se quedaba estudiando hasta la madrugada libros de ingeniería mecánica.

Quedó sin colocación. Y un día entró en un taller pidiendo trabajo. El dueño le dijo que no tenía trabajo para él. En aquel instante el jefe del taller estaba entregado al arreglo de un viejo motor. Henry Ford echó una ojeada al motor, lo observó bien y comenzó al instante a arreglarlo y el viejo motor funcionó a maravilla. El dueño tomó a Ford como especialista de motores, pagándole 45 dólares.

Ford contrajo matrimonio y se fue con su esposa a vivir a Detroit. En las horas libres se encerraba en un cobertizo y trabajaba haciendo experimentos hasta la madrugada. Por fin una noche, en que llovía torrencialmente, le hizo a su esposa levantarse de la cama

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