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Herbert George Wells


Enviado por   •  5 de Agosto de 2014  •  Biografía  •  6.323 Palabras (26 Páginas)  •  253 Visitas

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Herbert George Wells

Nació en1866

Nacionalidad: Inglés

Murió en 1946

Tres de sus obras:

-La maquina del tiempo

-Guerra de los mundos

-El hombre invisible

*No se confunda con Orson Welles, quien transmitió la Guerra de los Mundos por la radio.

Personajes:

El protagonista, quien es un escritor que relata la historia

Ogilvy

Henderson

Stent

La esposa del protagonista

Un artillero

Un vicario

El hermano del protagonista

El vecino del protagonista

Los marcianos

Algunos artilleros más

Tipo de narrador

Narrador EXPLÍCITO, puesto que es el personaje principal quien relata la historia en primera persona.

Narrador omnisciente, puesto que sabe más que todos los personajes, ya que la historia que relata es sobre como sobrevivió a los extraterrestres. No creo que fuera escribiendo lo que ocurría en un cuaderno mientras huía.LA GUERRA DE LOS MUNDOS

Marte visto desde la Tierra: el cuarto planeta del sistema solar, sin agua, con una orografía desconcertante; frío; con poca gravedad; inhabitado… o tal vez, como algunas personas se atreverían a pensar, habitado por seres inferiores, que en caso de que los humanos realizaran una expedición a éste, nos recibirían con los brazos abiertos.

Un escritor es quien describe toda la historia, la historia que vivió, que se hace llamar Guerra de los Mundos pero que en realidad es la historia de una conquista y de la aniquilación donde esta vez la víctima es el hombre, el ser acostumbrado a dominar el mundo y todas las criaturas que viven el él.

Viendo a través de un telescopio en el planeta en cuestión se vislumbra una luz, algo parecido a un cañonazo. El narrador trata de hacer caso omiso… un cañonazo del planeta Marte.

Contrario a todas las expectaciones que tenemos en la Tierra, Marte esta habitado y no por personas amables o por criaturas inferiores. Como muchos humanos piensan, el agua es un recurso necesario para estos seres, quienes, con envidia, trazaban planes para apropiarse de nuestro planeta ante la inminente falta de agua que existe en el suyo, estos marcianos son seres hostiles que nos ven como nosotros viéramos a microbios en un microscopio, mientras en la Tierra continuamos haciendo más caso a nuestros pequeños problemas, sintiéndonos seguros de que nada externo podría acercarse a nosotros.

Al observar nuevamente al planeta Marte, el narrador observa de nuevo un cañonazo, no podía ser su imaginación.

Un meteorito cae en las Llanadas de Horsell. Con asombro, Ogilvy, un reconocido astrónomo, descubrió que no se trataba de un meteorito sino de un cilindro de un diámetro de 50 metros. Su hallazgo lo hace saber a Henderson, un periodista. Descubren que del cilindro provienen sonidos débiles, tal vez serian de una persona atrapada ahí dentro, pensaron los ingenuos personajes, e intentaron tranquilizar por medio de gritos a este misterioso extraño que se encontraba dentro del cilindro. Desde ese cilindro probablemente se escuchaban rasguños y algunos débiles sonidos; al igual que lo que por fuera del cilindro eran para Ogilvy y Henderson débiles sonidos, por dentro era un incesable trabajo pesado.

Ogilvy y Henderson buscaron ayuda y al otro día, la caída del cilindro en la Llanada de Horsell era toda una novedad, lo llamaban “Hombre muerto de Marte”. Habían mandado un telegrama a Londres para hacerlos saber de la situación. Todas las personas trataban de desenroscar la tapa del cilindro pero era inútil, parecía estar sellada herméticamente. Muchos curiosos merodeaban cada día sobre ese extraño cilindro que se encontraba en Horsell. Titulares de diarios describían a esta zona como milagrosa. Había muchos problemas por las excavaciones que se estaban haciendo, ya que había mucha gente y eso dificultaba la tarea. Ogilvy, junto con Stent, un periodista científico del Royal Astronomer pidieron a Hilto, que era el gobernante de esa zona, que mejorase esa situación.

Al día siguiente va Stent con el protagonista. De pronto se oye a un niño gritar que el cilindro se abría. Después de algunas caídas repentinas de gente que no volvió a salir del cráter, el protagonista ayuda a Ogilvy a salir del cilindro; se podía observar que del interior del cilindro salió una especie de tentáculo de un ser horrible con cabeza redonda, cara aplastada y ojos oscuros. El protagonista huye y se queda junto a un hombre que lo hacía sentir un poco más tranquilo. La gente se hallaba escondida entre matorrales observando el objeto. No ocurría nada. Llegó gente del pueblo que se incorporó al grupo. Algunos de ellos, incluyendo a Ogilvy y Henderson, alzando una bandera blanca se acercaron para dialogar con los seres. Sin embargo, el horror se acercaba. Surgieron unos rayos invisibles que quemaban todo lo presente. La gente ardía, y el protagonista temblaba por el terror de la situación. Por suerte o por desgracia, la radiación paro antes de acabar con él, pero se encontraba solo, a oscuras, y se escondió. La criatura no era un humano, era una especie de pulpo… ¿un pulpo que venía del espacio exterior? Debía ser un extraterrestre.

Mucha gente fue a ver la masacre que habían producido esos marcianos Cuando llegaron vieron una multitud de personas, que se habían anticipado a otras, corriendo asustadas. Un policía, que iba a caballo, avisó a toda esa gente de que los extraterrestres se acercaba; todos los allí presentes huyeron, y varias personas murieron aplastadas.

Por suerte la radiación del Rayo Ardiente había terminado antes de alcanzar al protagonista, quién huye con angustia, miedo y soledad indescriptibles. Al llegar el narrador a Maybury se acerca a una casa y pregunta a una pareja si sabían algo de los marcianos. Obviamente no le creen el hecho de que existan marcianos, incluso se burlan de él, y él toma el hecho como algo lejano e improbable.

Al llegar a su casa, él y su esposa se sientan a la mesa y cenan, lo que él dice, seria su última comida decente en mucho tiempo. La única persona que realmente tomó en serio al narrador seria su esposa, quien escuchaba con temor el relato del cilindro, del extraterrestre que se encontraba en la Llanada de Horsell y del Rayo Ardiente, que había dejado tanta destrucción y diversos incendios. A pesar del temor que sentía, el narrador se confía de que podrán exterminar a este ser con armamentos, además de que el extraterrestre nunca podría salir del cilindro debido a la gravedad; pensaba que este factor tendría atrapado a cualquier ser del espacio exterior, pero realmente los marcianos eran más adaptables de lo que podríamos pensar.

Las comunicaciones eran todavía muy rudimentarias, razón por la cual, la noticia

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