George Herbert Mead

George Herbert Mead

George Herbert Mead nació el 27 de febrero de 1863, en South Halley, Massachusetts. La fama de este autor se debió tanto a su actividad como docente como a sus escritos. Sus palabras influyeron profundamente en algunos de sus alumnos, que llegaron a convertirse en destacados sociólogos del siglo veinte.

Para Mead la psicología social tradicional partía de la psicología del individuo para explicar la experiencia social; Mead, en cambio dio siempre prioridad al mundo social para comprender la experiencia social. Para Mead el todo social precede a la mente individual lógica y temporalmente.

Mead  define el conductismo en su sentido más general como “simplemente un enfoque sobre el estudio de la experiencia del individuo desde el punto de vista de su conducta”. El conductismo de la época de Mead, se inspiraba en la psicología animal, donde funcionaba bastante bien. Se basaba en la premisa de que era imposible comprender mediante la introspección, las experiencias particulares y mentales de los animales inferiores y de que lo único que se requería era analizar la conducta animal.

En lugar de estudiar la menta, Mead se centró en el acto y en el acto social. Los actos son conductas que pueden definirse a partir de las nociones conductistas de estímulo y respuesta.

Mead define la mente en términos funcionales, no idealistas, es decir, la mente se define en términos de lo que hace, del papel que desempeña en el acto, más que como un fenómeno subjetivo trascendental.

Otro aspecto importante en el pensamiento de Mead es el pragmatismo. Mead pensaba que el pragmatismo era un producto natural estadounidense. El pragmatismo reflejaba el triunfo de la ciencia y del método científico en la sociedad estadounidense y su extensión al estudio del mundo social.

                El acto

Mead consideraba el acto como la unidad más primitiva de su teoría, el acto es la base de donde emergen todos los demás aspectos del análisis de Mead.

Mead identificó cuatro fases fundamentales e interrelacionadas del acto; las cuatro representan un todo orgánico. La primera fase es la del impulso que entraña un estímulo sensorial inmediato y la reacción del actor al estímulo, la necesidad de hacer algo como respuesta, un ejemplo sería el hambre. La segunda fase es la percepción, en la que el actor busca y reacciona a un estímulo relacionado con el impulso, en este caso el hambre y busca como satisfacerla.

La tercera fase de la manipulación, acción que la persona emprende con respecto al objeto. La última fase es la consumación del acto que, en términos más generales equivale a emprender la acción que satisface el impulso original.

Las cuatro fases del acto pueden no estar en el orden anterior, por ejemplo, la manipulación de la comida puede provocar en el individuo el impulso del hambre, y la percepción de que esta hambriento y de que hay comida disponible para satisfacer su necesidad.

Gestos

Mientras el acto implica una sola persona, el acto social implica dos o más personas. El gesto es para Mead el mecanismo básico del acto social en particular y del proceso social en general.

En ocasiones, los humanos participan en conversaciones inconscientes de gestos. Mead nos pone como ejemplos muchas de las acciones y reacciones que tienen lugar en combates de boxeo y encuentros de esgrima donde un luchador responde instintivamente a las acciones del otro. Mead denomina estas acciones inconscientes como gestos no significantes.

Símbolos significantes

Un símbolo significante es una suerte de gesto que solo los humanes son capaces de realizar. Los gestos se convierten en símbolos significantes cuando surgen de un individuo para el que constituyen el mismo tipo de respuesta, que se supone provocarán en aquellos a quienes se dirigen.

El conjunto de gestos vocales que tiene mayor probabilidad de convertirse en símbolos significantes es el lenguaje: “un símbolo que responde a un significado en la experiencia del primer individuo y que también evoca ese significado en el segundo individuo.

El lenguaje y en general, los símbolos significantes provocan la misma respuesta en el individuo que lo recibe que en los demás.

La función del gesto es posibilitar la adaptación entre los individuos involucrados en cualquier acto social dado, con referencia al objeto u objetos con que dicho acto esta relacionado.

Los símbolos significantes cumplen otra función de importancia crucial en la teoría de Mead: hacen posibles los procesos mentales, espirituales, etc.

Procesos mentales y pensamiento

Mead define inteligencia como la adaptación mutua de los actos de los organismos. Lo más importante de la inteligencia reflexiva de los humanos es su capacidad de inhibir temporalmente la acción de demorar sus reacciones ante los estímulos.

Mead también analiza la conciencia que para él tiene dos significados diferentes, el primero se refiere a aquello a lo que solo el actor tiene acceso que es totalmente subjetivo. La conciencia es funcional no sustantiva; y en cualquiera de los principales sentidos del término debe ser ubicada en el mundo objetivo, antes que en el cerebro.

El significado de un gesto puede considerarse como la capacidad de predecir la conducta probable.

La mente para Mead es un proceso y no una cosa se define como una conversación interna con nosotros mismos. Surge y se desarrolla dentro del proceso social y es una parte fundamental del mismo.

Self

El self es la capacidad de considerarse a uno mismo como objeto: el self tiene la peculiar capacidad de ser un tanto sujeto como objeto. El self presupone un proceso social: la comunicación entre los humanos. El self surge con el desarrollo y a través de la actividad social y las relaciones sociales. El self está dialécticamente relacionado con la mente, es imposible separar mente y self porque el self es un proceso mental. Mead  sitúa la génesis del self en dos etapas del desarrollo infantil. La primera etapa es la del juego, durante la cual el niño aprende a adoptar la actitud de otros niños o papeles determinados.

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