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Historia Amelia


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2013  •  Ensayo  •  511 Palabras (3 Páginas)  •  251 Visitas

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Hoy es un día en el cual diferentes sentimientos se vinculan: la nostalgia y las risas parecen parte del mismo entramado. Es que me toca despedir a una gran compañera que ocupaba un cargo muy importante como es el de secretaria, y que a pesar de ello, nunca dejó de mostrarnos que era una más entre nosotros.

Amelia ha sido, es y será para esta Institución un verdadero valuarte, que sin pretensiones o vanidades, dedicó horas y días para que todos juntos llevemos adelante esta hermosa aventura que elegimos para delinear nuestras existencias: educar y formar a niños y jóvenes . Allí estuvo siempre, en cada rincón en donde se la necesitaba, en cada lugar de duda, inquietud o desconocimiento para acercarnos toda su experiencia, no sólo profesional, sino de vida también.

Y así, haciendo uso de la receta perfecta: una gran cantidad de saberes y varias pizcas de sentido común, logró que quienes estamos hoy aquí rindiéndole homenaje, lleváramos nuestros pasos hacia los mismos objetivos y las mismas metas, más allá de la tarea específica de cada uno.

Después de tantos años de trabajo, de transitar los distintos espacios de la educación, de mañanas madrugadoras y tardes agotadoras, llegó este momento en donde podrás mirar atrás y ver con intensa satisfacción todas las semillas que fuiste sembrando y los frutos que cosechaste.

Recuerdo cuando regresaste después de una larga licencia por un accidente en la escuela cuando te reincorporaste viniste con la idea de iniciar tus trámites jubilatorios. Te escuchamos y creímos haberte interpretado. Sólo nos dimos cuenta de que era verdad que estabas decidida a tomar tu descanso merecido cuando una mañana al subir al auto dijiste, sumamente emocionada y ansiosa:

“Anoche no dormí. Mi jubilación está a la firma del gobernador”. Lo gracioso vino varios días y semanas después: cada vez que cruzábamos la esquina de San Martín y Ferreyra, nos deteníamos y mirábamos a la izquierda como esperándote cuando venías apuradita a alcanzarnos. Lo mismo le ocurrió a tu perra que según nos contaste te despertó por largo tiempo a las seis de la mañana hasta que comprendió (comprendimos) que ya estabas disfrutando de tu jubilación. En ese tiempo habrás comenzado a levantarte a la hora que quisieras y como escuché alguna vez habrás descubierto por qué ventana entraba el sol a tu casa a la mañana y por cuál se ocultaba por la tarde porque como dije antes tu jornada era completamente dedicada a la Escuela.

Amelia, hoy te jubilás y el júbilo de este retiro nunca lo dejaste de tener, porque llevaste a cabo tu función con felicidad. En todo caso, y si tomamos el significado de la raíz de esa palabra, siempre fuiste un jubilada porque nunca perdiste tu accionar jubiloso, feliz y radiante. Pero no pienses que te dejaremos ir del todo porque sabemos que volverás a este lugar

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