Historia Del Capitalismo
Enviado por anneliesse1617 • 20 de Octubre de 2013 • 2.020 Palabras (9 Páginas) • 355 Visitas
Historia del capitalismo
La historia del capitalismo ha sido objeto de grandes debates sociológicos, económicos e históricos desde el siglo XIX. El comercio existe desde que surgió la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra, en sustitución del feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". De esta forma al capitalismo, al igual que al sistema de precios y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.1
Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma Protestante. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales (y posteriormente el Estado de Derecho como sistema político y el liberalismo clásico como ideología) que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento económico, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.
Vida urbana[editar]
En las grandes ciudades especializadas de Europa, el artesanado, volcado esencialmente hacia la exportación, está dominado por los grandes comerciantes y pañeros, aunque las relaciones económicas entre artesanos y vendedores se emparientan en el salariado. Los comerciantes controlan a la vez la adquisición de materias primas río arriba y la venta de los productos terminados río abajo.
La población urbana ya se diferencia en varias clases económicas distintas y ricas para algunos, pobres para otros. La ciudad de Florencia es el ejemplo perfecto: encontramos allí muy temprano a banqueros que desarrollan sucursales a través de Europa y esclavizan la industria en búsqueda de su provecho. Entre ellos grandes familias, tal es el caso de los Médicis, quienes crean las primeras relaciones "privilegiadas" entre el mundo de los negocios y el mundo político.
También en este periodo el matemático Luca Pacioli fija las bases del comercio al crear los Estados Financieros en los que se fija la terminología y la manera de calcular las relaciones comerciales básicas, por lo cual Florencia brillara durante mucho tiempo como el principal centro bancario de Europa.
Apropiación de las tierras[editar]
En el campo, el sistema feudal perdura mucho tiempo (la servidumbre es abolida sólo en 1861 en Rusia, lo que lo hace un caso excepcional). En 1727, la Enclosure Act (Acta de campos cerrados) permite a los "lords" británicos apropiarse y cercar los campos. Antes, la propiedad volvía a los municipios, y los campos fueron explotados por el conjunto de los campesinos locales quienes juntos sacaban provecho de las cosechas. No obstante los primeros campos cerrados son más antiguos y datan del siglo XV. Los trastornos que provocan ya marcan los espíritus de la época: Tomás Moro ya denuncia en Utopía (1516) las consecuencias sociales de los balbuceos del capitalismo naciente y describe un mundo alternativo, un imaginario marcado por un estilo de vida que se emparienta con el comunismo. El proceso largo de cercado de campos y el impuesto de los derechos de propiedad sobre los campos va a crear una distinción nítida entre el propietario y el asalariado (los antiguos pequeños explotadores se hacen los asalariados de los "landlords"). Francia conoce en este campo un fenómeno diferente al principio del siglo XIX: elCódigo Civil de Francia, que dispersa las tierras entre los herederos en el momento de la defunción, frenando el desarrollo de las grandes propiedades del capitalismo agrícola.
En plena transición demográfica, esta apropiación es el hecho de un interés nuevo para el mundo agrario por parte de las élites británicas, que desean desarrollar una agricultura a alto rendimiento, y lucrativa, basándose en el modelo de Holanda y de Flandes. Esta apropiación conllevará inmediatamente una actividad e inversiones importantes, por el mismo hecho de la instalación de las cercas. Sobre el modelo de las Islas Británicas, la propiedad privada de las tierras se extiende a través de Europa y de las Américas, no sin encontrar oposiciones, particularmente morales:
"El primero que, habiendo vallado un terreno, se le ocurrió decir: esto me pertenece, y encontró gentes lo suficientemente simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. Cuántos crímenes, muertos, miserias y horrores no hubiera evitado al género humano el que, arrancando las estacas o rellenando el foso, hubiera gritado a sus semejantes: guardáos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie"
Jean-Jacques Rousseau, Discursos sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad en los hombres. Segunda parte. 1755
La legitimidad histórica
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