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Historia Del Capitalismo


Enviado por   •  1 de Octubre de 2011  •  9.681 Palabras (39 Páginas)  •  805 Visitas

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HISTORIA DEL CAPITALISMO EN MÉXICO, 1521-1763

Enrique Semo

INTRODUCCIÓN

El primer tomo de esta Historia del capitalismo en México inicia con la Conquista y termina en los albores de las transformaciones socioeconómicas que caracterizaron los últimos cincuenta años de la época colonial. El periodo aquí estudiado corres¬ponde definitivamente a la etapa precapitalista de la sociedad mexica¬na. Estamos ante un sistema heterogéneo […] en el cual pueden detectarse diferentes modos de producción […].

Las [diferentes] estructuras se entrelazan […] constituyendo una riquísima gama de combinaciones locales en las cuales los elemen¬tos de [la economía] pueden ser localizados en niveles diversos de des¬arrollo y variadísimas formas. Así, en el norte predominan la minería y la ganadería extensiva, casi no existe la comunidad agra¬ria; en el centro coexisten comunidades agrarias desarrolladas e importantes ciudades españolas; en el sur, la comunidad tradicio¬nal domina y está frecuentemente aislada: la colonización es escasa y la minería poco desarrollada.

La extraordinaria heterogeneidad de la sociedad colonial mexicana es resultado de un conjunto de factores: 1] El gran salto del mundo indígena al novohispano de los siglos XVI y XVII se pro¬duce no debido a un proceso interno sino a través de la conquista; [esto es, a través de] la superposición de una estructura económica sobre otra. 2] La integración de la Nueva España al sistema colonial capitalista revoluciona algunos sectores de la economía integrándolos al mercado internacional, deprime otros so¬metidos a un intenso proceso de explotación y deja vegetar a los demás en el aislamiento. 3] El florecimiento temprano de la eco¬nomía monetaria, el capital comercial y usurero que permiten la coexistencia de estructuras económicas muy heterogéneas.

LAS FUERZAS PRODUCTIVAS

A la llegada de los españoles, México era un mosaico étnico de más de 600 grupos indígenas que se encontraban en muy diversos estadios de desarrollo. Se hablaban unas 80 lenguas pertenecientes a 15 diferentes familias. Entre ellos podían encontrarse diversas economías clasificables en dos tipos fundamentales: en las estepas y los desiertos del norte, habitaban grupos nómadas que se dedica¬ban a la recolección, la caza y la pesca. En el resto del país había una población más densa cuya ocupación principal era la agricultu¬ra sedentaria, pero la inmensa mayoría estaban dispersos en pequeñas aldeas rurales de tipo de la ranche¬ría o el caserío, cuyos modos de vida conocemos poco.

A principios del siglo XVI, en la cultura material de los aztecas […] no existía el ganado y sus ocupaciones conexas. No se utilizaba la rueda ni en el transporte ni en la irrigación. El arado, que apareció hacia el siglo X a.p., era entre los aztecas desconocido. Los transportes terrestres se basaban exclusivamente en la fuerza del hombre y no se practicaba la navegación de vela.

Los conquistadores introdujeron la rotación de cultivos, el uso de abono animal, el arado y la azada. En lo siglos XVI y XVII se utili¬zaban arados con una punta recubierta de hierro, tirados por bueyes. Junto a los animales de tracción apareció la rueda aplicada al transporte y a la pro¬ducción de energía para molinos y obrajes. La carreta de bueyes y la litera de mulas, las carrozas tiradas por caballos, hicieron su aparición. La ganadería causó una verdadera revolución en la economía novohispana. Inmensas extensiones inaprovechables para la agricultura entraron en explotación. La carne de vaca llegó a ser la base de la alimentación de españoles y mestizos.

Los cueros fueron uno de los primeros artículos de exportación y el sebo sirvió de materia prima de nuevas e importantes industrias. La proli¬feración de mulas y caballos ayudó a ligar las diferentes regiones del país y a abaratar considerablemente los transportes. El ganado vacuno y el transporte propiciaron el surgimiento de dos grupos que habían de jugar un papel fundamental en la sociedad mexicana: el vaquero y el arriero.

Desde el principio, la atención de los conquistadores se concentró en la minería de metales preciosos. Los indígenas habían explotado vetas superficiales y yacimientos que se encontraban en la arena de los ríos. Valiéndose de la enumeración de estos centros en los libros de tributos de Moctezuma Xocoyotzin, Cortés se apresuró a iniciar su explotación. Este tipo de minería rudimentaria siguió siendo prac¬ticado por aventureros que, provistos de implementos rudimentarios, recorrían el país con la esperanza de enriquecerse repentinamente. Pero los españoles más ambiciosos y la Corona se orientaron rápida¬mente hacia la localización y explotación sistemática de depósitos más abundantes y profundos. En 1532 se localizó la primera mina importante y después los descubrimientos se sucedieron con asombro¬sa rapidez: en 1543 las minas de Compostela en la Nueva Galicia; en 1546 la del Cerro de la Bufa en Zacatecas; en 1548 la de Sultepec y Temascaltepec; en 1553, las de Fresnillo y en 1551 las de Sombrerete en Durango. En 1548 se descubrieron los yacimientos de La Luz, Mellado y la Veta Madre a la que se debió la fabulosa riqueza de la célebre mina de La Valenciana [en Guanajuato]. Los implementos utilizados eran bastante simples: picos, barretas que pesaban 15 e incluso 20 kilos, cinceles, martillos y marros. Cada mina tenía su propia herrería para afilar y reparar instrumen¬tos. El uso de la pólvora en la minería se introdujo en Hungría en 1627, pero en la Nueva España sólo se comenzó a utilizar hasta 1703.

En la agricultura, la ganadería y la minería […] no pasaron a América las técnicas espa¬ñolas más avanzadas, […] y en el proceso de transferencia y adaptación éstas sufrieron un deterioro. Ademas, el nivel [tecnológico] español era inferior al que regía en los centros capitalistas más desarrollados. […] [Así], la historia económica de la Nueva España se inicia con un nivel de desarrollo de las fuerzas productivas notablemente inferior al que existía en los países de desarrollo capitalista más avanzados.

LA REPÚBLICA DE INDIOS

A pesar de su violencia, la conquista no destruyó a la sociedad indígena. Existe, al contrario, una continuidad entre lo [prehispánico] y lo colonial. El enlace entre las dos sociedades se encarna en la sobrevivencia de la comunidad agraria y el sistema tributario que sobre ella descansa. Esta continuidad fue posible gracias a la exis¬tencia de elementos afines en la sociedad azteca y el imperio espa¬ñol. Por otra parte, el desarrollo de la economía de la república de los españoles no fue lo suficientemente dinámico para impedir que la Corona y la Iglesia salvaran e incluso

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