Hombre Elefante
Enviado por 123copo123 • 12 de Julio de 2015 • 805 Palabras (4 Páginas) • 230 Visitas
ras la inclasificable, demencial e interesante ‘Cabeza borradora’ (‘Eraserhead’, 1977), David Lynch volvía a la dirección para filmar uno de sus mayores logros, ‘El hombre elefante’ (‘The elephant man’, 1980). El a veces desquiciado director estadounidense consiguió crear una película absolutamente inolvidable, cuyas imágenes supondrían un impacto emocional en la sensibilidad del espectador, al ver una película tan bella encauzada por un ser deforme hasta lo inimaginable.
Para plasmar tal relato, Lynch utiliza un blanco y negro fabuloso que se erige como un recurso preciso para retratar las luces y las sombras de una vida desgraciada desde su mismo comienzo.
El inicio no puede ser más definitorio, el doctor Frederick Treves (Anthony Hopkins) camina entre un espectáculo de freaks, de fenómenos de la naturaleza convertidos en humanos, de personas que por su desdicha son tratados como meras marionetas para diversión y escarnio de las populosas masas. Lo diferente como repulsa o espanto, un arranque que es toda una declaración de intenciones. Treves, siguiendo a un policía, llega hasta la jaula donde está el horror, la mayor atracción de todas, ahí encontrará al hombre elefante, cuyo dueño -así es como se denomina- tiene con la criatura un negocio fructífero. No lo duda, el doctor ofrece al feriante unas monedas a cambio de poder examinar al “ser” en su hospital. El asombro de Treves al ver por primera vez a ese hombre sin rostro es inesperado, un eminente cirujano acostumbrado a ver todo tipo de mutilaciones y deformidades no puede evitar dejar correr las lágrimas por sus mejillas. La crueldad de la naturaleza y de lo humano se dan cita en un cuerpo tan castigado como la mente.
La llegada al hospital del hombre elefante es igual de trágica, de descorazonadora, embozada la criatura en un trapo con un único agujero para poder ver, contorneándose al andar, con una respiración dificultosa, deja a todos los allí presentes estupefactos, asombrados ante tan extraño caso.
Todo esto sabe llevarlo Lynch sin caer jamás en el morbo o en la búsqueda de un impacto emocional forzado, todo está filmado con absoluta precisión sin llegar a mostrar ningún rastro de banalidad. Una buena muestra es cuando el doctor muestra a sus colegas el caso, vemos las caras de sorpresa, de incredulidad de los eminentes médicos, su perplejidad, pero jamás vemos al pobre hombre, Lynch lo oculta tras unas cortinas, no nos deja ver su vergüenza, nos oculta quizás ver cómo se siente presa del pánico, ante un auditorio lleno de estupefacción.
La desdichada vida de John Merrick, que así se llama, se convertirá en algo que jamás había imaginado, la fascinación de Treves por su caso, lo lleva a demostrar que él es algo más que un cuerpo que puede causar espanto, él es, como dice en un momento inolvidable, un ser humano, un hombre. Hasta su adopción por el
...