Homeopatía: Una Perspectiva Desde Los Sistemas Médicos Complejos
Enviado por AlbaMartilletti • 7 de Marzo de 2014 • 2.682 Palabras (11 Páginas) • 346 Visitas
Introducción
Desde su aparición la homeopatía fue combatida fuertemente por la medicina convencional, debido a sus diferencias epistemológicas. Sin embargo, la aceptación de la misma por parte de la sociedad, le permitió permanecer, difundirse y desarrollarse en todo el mundo. Las dinámicas epistemológicas que sustentan estos pensamientos incluyen diversos sistemas médicos alternativos y/o complementarios que se han favorecido por la globalización de la información y la multiplicación del intercambio cultural en el mundo.
El presente artículo da cuenta de una investigación monográfica donde se realiza una revisión teórica sobre los diferentes paradigmas de la medicina y los Sistemas Médicos Complejos. Finalmente, esboza cómo la Homeopatía puede visibilizarse desde esta perspectiva.
1. La medicina: breves representaciones epistemológicas de los diferentes paradigmas
El término medicina define a la ciencia que tiene por objeto el estudio de las enfermedades, su causa, tratamiento y prevención. Utiliza el discurso más antiguo de la humanidad: aliviar el dolor, curar la enfermedad y evitar la muerte (Ortiz, 2001) desarrollándose con base en la oposición cualitativa entre salud y enfermedad. La complejidad teórica que rodea este concepto la podemos entender como evolución de paradigmas.
Thomas Kuhn, en su escrito “Estructura de las Revoluciones Científicas”, define los paradigmas como construcciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica; son por tanto, un marco o perspectiva bajo la cual se analizan los problemas y se trata de resolverlos (Kuhn, 1982). Desde este punto de vista en la medicina, un paradigma está formado por un núcleo central o teoría caracterizando una racionalidad médica que permite identificar modelos interpretativos, sobre los conceptos de salud y enfermedad. Así, los sistemas médicos se reestructuran constantemente en un contexto histórico cultural, interactuando sin cesar con una humanidad compleja y en evolución permanente.
En las culturas primitivas, la medicina estaba inmersa en el dominio de lo mágico-religioso y la enfermedad era un castigo de los dioses (Arredondo, 1992). Posteriormente aparece la concepción naturalista donde la Vix medicatrix natura (poder curativo de la naturaleza) asume la defensa del propio organismo, más adelante la visión miasmática de la enfermedad nos explica cómo la naturaleza humana es el resultado conjunto de causas externas y causas internas, interpretando que los miasmas originados en focos medioambientales se propagaban por el aire impregnando a las personas (Lain, 1982).
En el siglo XVIII surge el vitalismo, corriente que estructura el estado de salud-enfermedad entendiéndolo a partir de la fuerza vital, principio espiritual y energético que anima al cuerpo gobernando su funcionamiento. Aunque se conocía desde la antigüedad clásica el vitalismo como movimiento filosófico-científico se desarrolla en el siglo XVII por Georg Stahl, médico y químico alemán, quien define a la fuerza vital como un principio espiritual energético que anima al cuerpo y gobierna su funcionamiento. Entiende que el organismo puede funcionar en estados de equilibrio o desequilibrio de la fuerza vital.
Durante el renacimiento el conocimiento deja de ser contemplativo, la observación y la razón son el punto de partida para romper con el saber teórico. El empirismo clínico prescinde de la esencia de la enfermedad apoyándose en las observaciones clínicas para definirla por el lugar que ocupan los síntomas en una parte del cuerpo (Cardona, 1992), y con el desarrollo de la ciencia moderna en el siglo XIX la medicina estructura el paradigma biomédico que se desarrolla con diferentes visiones conducentes a un mismo objetivo: anatomopatológica, fisiopatológica y etiopatológica (López, 2000), que en el transcurso del siglo XX se integraron en una visón ecléctica de la enfermedad.
Con la profundización del conocimiento médico dentro de la corriente científica positivista, el siglo XX, comienza con una visión unicausal para la producción de las enfermedades y termina con una visión multicausal, percibiendo las causas internas producidas a nivel biológico relacionadas con las influencias de las circunstancias externas o del medio ambiente (Cardona, 1992).
En el siglo XXI, se inicia un redescubrimiento del carácter social y cultural de la medicina vinculándola con la ciencia, la filosofía y el arte (Trainini, 2003), permitiendo no solo sustentarse bajo el método científico, sino apoyarse en la filosofía para sus fundamentos éticos y en la semiología como un arte admitiendo un constante cambio (Ortiz, 2001).
2. Medicina Alternativa y/o complementaria
La Medicina occidental o alopática es dominante en el mundo occidental, sin embargo, debido a las múltiples formas para abordar el conocimiento, se hacen visibles otras prácticas de atención en salud y sistemas médicos denominados “alternativos o complementarios”.
El Nacional Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM) de los Estados Unidos de América, define una medicina como “complementaria” cuando se practica acompañada de la medicina occidental, y como “alternativa” cuando se usa en cambio de la occidental. Estas prácticas médicas se clasifican en cinco categorías diferentes: sistemas médicos integrales, intervenciones basadas en la capacidad de la mente para incidir sobre el funcionamiento corporal, terapias basadas en productos naturales, métodos basados en la manipulación física o el movimiento de algunas partes del cuerpo y terapias energéticas.
Dentro de los sistemas médicos integrales o complejos categorizan a la Homeopatía, la Naturopatía, la Medicina Tradicional China y la Medicina Ayurveda, dado que se construyen en torno a sistemas completos de teoría y práctica, que han evolucionado de manera separada y antes del enfoque médico convencional.
3. Sistemas médicos complejos
Desde la antropología, un sistema médico complejo se define como el conjunto de representaciones, conocimientos y modelos explicativos de salud-enfermedad organizados en forma coherente aunque distinta al modelo médico occidental. Cada sistema médico presenta una racionalidad médica estructurada de una manera peculiar para construir su discurso.
La dimensión conceptual de estos sistemas médicos está determinada directamente por el ámbito cultural de los pacientes y los médicos, sus principios están fundamentados en modelos epistemológicos que para validarse y legitimarse a sí mismos utilizan diferentes conceptos teóricos
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