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Hoy viene la cancion


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2022  •  Apuntes  •  881 Palabras (4 Páginas)  •  54 Visitas

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HOY viene a mí la canción: Doña santana porque llora el niño por una manzana que se le ha perdido----- y dichos como SENTARASTE SENTARASTE --. que hoy en día los mencionamos para recordarte …

Justo ese día. Si justo ese día…Nunca pensé que cuando me despedí y te abracé aquel día, sería la última vez. Más que no pensarlo, me rehusaba a creerlo. Tenía miedo de que aquel beso que te di en la frente, con lágrimas en los ojos, sería el último. Y aunque desde luego si algo no tenía eran certezas, me invadió un miedo indescifrable cuando caí en cuenta de que tus ojos también se cristalizaban. Aquel gesto me dejó sin palabras , me marcó profundamente, pues de las veces que te vi llorar. Ese día sentí, como si tú supieras de forma anticipada, que sería la última vez que estaríamos juntos. Y así fue.

Perdona si tardé demasiado en regresar. Perdona, también, si me fui.

 Ahora tengo la certeza de que cada segundo a tu lado se queda aquí, conmigo para siempre. Tú me dijiste que seguiríamos juntos; que seguirías esperándome hasta que yo regresara; que todo seguiría igual. Pero esta vez fue distinto. No estaba en ti: cada viaje, cada periodo en el extranjero, estaba acostumbrado a saber que al regresar bastaba con llegar a casa para encontrarte feliz, sana, enérgica, contando historias y haciendo bromas. Hoy, en la distancia, sabiendo que ya no estás con nosotros, cierro los ojos y me imagino entrando a tu casa, mientras me miras con una enorme sonrisa.

Siempre supe que esa última vez que me despedí de tí sería distinta. Esta vez me dijiste: ‘‘Aquí estamosmijo’’, con un aire de resignación. Tú silencio me dijo mucho aquel día. En ese momento no lo pensé, pero hoy me queda claro que reaccioné inmediatamente al tono de tus palabras. Y si nunca antes me permití decirlo, hoy sé que tus palabras entraron a mis oídos como una suerte de vaticinio. Por primera vez sentí que había probabilidades reales de que, si no regresaba pronto, sería la última vez que te tendría en mis brazos. Ese día cuando mi madre me vio llorar, ella lloró a mi lado. Sabía perfectamente lo que sentía. No pude evitar interpretar su abrazo como una especie de consuelo anticipado. Estando lejos, el día de tu partida, recuerdo aquella sensación como una fuerte dosis de tranquilidad. Como cuando mi tío Alfredo se despedía de ti, abuela, cada vez que se iba a Estados Unidos, cerrando los ojos para tratar de encontrar un ápice de tranquilidad en medio de la incertidumbre de si te encontraría de nuevo. Yo sé que es tarde para pensar en eso. Como sea, me siento culpable de no haber entendido cuando me decías que este último periodo no había sido el mejor para ti. Me dijiste, muchas veces, que estabas cansada. Cansada de tantas pastillas, tratamientos, dolores, cuidados y cosas. No estabas acostumbrada a la enfermedad, abuela. Y nosotros tampoco a verte así. Verte decaer y perder energía nos dolió: por primera empezamos a caer en cuenta de que no serías eterna.

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