IGUALDAD Y DIFERENCIA: UN DILEMA POLÍTICO

Luis Villoro nos da un esquema muy amplio sobre la igualdad y la diferencia que pueden ser contraproducentes, desde algunos puntos de vista, para la multiculturalidad. Plantea los movimientos sociales como una exigencia del derecho a su propia forma de vida, frente a la vigencia de principios universales para una sociedad homogénea; ésta permitirá que surja una política de la dignidad, la cual no conducirá a la imposición de un orden homogéneo sino una política de la heterogeneidad.

Plantea la dignidad del hombre como el renacimiento de su capacidad de elegir, como la capacidad de dirigir cada quien su vida, traduciéndolo como “autonomía” basándose en el concepto de Kant e interpretándolo como la justificación de una política de la igualdad.

Explica que la igualdad nace como una lucha contra un régimen de privilegios ya que la igualdad implica cierta nivelación de todos los individuos ante la ley y el poder. El hombre ha de llevar a la práctica la igualdad de manera interpretativa ya que forma parte de los grupos beneficiados. Surge como un problema la homogeneidad pues se traduce como la imposición de una cultura hegemónica sobre las demás.

Desarrolla en la lectura algunos problemas disolventes como la fragmentación de la sociedad que conllevaría a la destrucción del estado por las exigencias de exclusión de cada una de las culturas inmersas en la homogeneidad y la lucha por el predominio de uno de los grupos que se excluyen entre sí. Si esta tendencia no se pudiera revertir la homogeneidad de las sociedades se volverá una necesidad para frenar la exclusión de un grupo o de otro.

En su análisis, Villoro, plantea dos modelos para poder llevar la multiculturalidad dentro de los conceptos de libertad e igualdad, que son el modelo liberal y el modelo igualitario. El primero esboza la conciliación de la igualdad y la diferencia, partiendo del reconocimiento de la persona como agente moral, manteniendo una postura central ante cualquier proyecto y cualquier valor, provocando el surgimiento de una virtud como la tolerancia.

Este modelo liberal tiene que delimitarse con el surgimiento de la tolerancia y no propiciar la intolerancia ya que cualquier discriminación individual o social queda excluida en este modelo, pues el estado debe garantizar a todos los integrantes ese respeto, máxime en el caso de naciones en donde se encuentran conformadas de una multiplicidad de culturas. Con esta tesis se pasaría de un estado homogéneo a un estado plural.

En el modelo igualitario no se niega al modelo liberal surgiendo como un complemento de éste último agregándole la autodeterminación de todos los miembros, el respeto a la autodeterminación, agregando un proyecto común y normando la sociedad ideal proyectada. Aun cuando la sociedad ideal es planteada como una utopía porque sólo puede gozar de los bienes básicos un sector ya

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