Ilicito Sin Pena

ILICITO SIN PENA.-

Como servidor público encargado de cumplir y hacer cumplir la ley me he encontrado con muchas de estas situaciones, en algunos casos porque sus familiares son servidores públicos otras veces porque el policía encargado de empezar el acta necesaria la cual sirva de base para que de ahí se desprenda de una averiguación previa no esta no está bien requisitada.

En esta ocasión deseo hacer mención que un día al encontrarme efectuando labores, en la ciudad de San Luis Potosí, San Luis Potosí; frente a la plaza fundadores encontramos a dos jóvenes que estaban tomando y escuchando música fuerte en su vehículo, las puertas abiertas y ellos de pie aun lado. Cuando ellos vieron las patrullas, uno se quitó una cangurera que tenía y la aventó dentro del carro. Identificándonos a viva voz como elementos de la policía federal, les solicitamos que accedieran a una revisión, a lo que uno respondió que no era necesario pues ellos no tenían nada que solo tomaban una cerveza y que no desconfiáramos de ellos que su tío era el ministerio público, que si gustábamos le llamaba por teléfono manifestándole el suscrito que no había necesidad pues quien nada debe nada teme, y que no lo revisaríamos a él pero que si nos podía enseñar la bolsa que había aventado al carro; y de propia voz manifestó que en su bolsa traía una pistola porque el lugar era muy inseguro y que su tío le había dicho que no tendría problema si lo agarraban los policías.

Efectivamente al revisar su cangurera se encontró una pistola 9 mm con un cargador y 9 cartuchos útiles; procediendo en ese momento ante la autoridad competente a ponerlo a disposición.

Al llegar con el ministerio público nos pidió que ahí dejáramos las cosas que él se haría cargo de su sobrino y que prometía que ya no pasaría otra vez lo mismo, nosotros le manifestamos que no había problema, que para nosotros, nuestra labor termina al momento que lo presentamos y que el determinaba si ejercía la acción penal o no, de él dependía si lo consignaba o no.

Y efectivamente como a los tres días pudimos observar al muchacho de nuevo en su carro muy tranquilo.

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