Impactos ambientales de la guerra y el posconflicto

Impacto ambiental de la guerra y el posconflicto.

Buenos días honorable jurado calificador, profesores, compañeros participantes y público en general, mi nombre es Ricardo Muni del Grado 11° del colegio Cofrem san Martín, en el día de hoy les voy hablar de un tema que a todos nos interesa: impacto ambiental de la guerra y el posconflicto.

Para nadie es un secreto que nuestro país ha tenido que pasar situaciones difíciles a raíz de la guerra que se ha generado desde años atrás, pero algunas vez nos hemos preguntado si esta guerra ha ocasionado daños al medio ambiente?

Pues hoy les digo que  las consecuencias de la guerra para el medio ambiente son múltiples, incluyendo la siembra de minas antipersona, episodios de violencia en áreas protegidas, las correspondientes a los cultivos ilícitos, ocasionando deforestación de cerca de 3 millones de hectáreas para la siembra de estupefacientes; sin dejar a un lado la sobreexplotación de fauna como fuente de proteína para las concentraciones  humanas que allí habitan  y que hacen parte de los grupos armados ilegales, y de cultivadores de coca y amapola, de la misma forma, el derramamiento aproximado de 4.1 millones de barriles de petróleo como producto de actos terroristas, además de las fuentes hídricas afectadas por la extracción ilícita de minerales ubicada predominantemente en áreas de conflicto, contribuyendo con esto al deterioro de los ecosistemas.

Si echamos un vistazo atrás y recordamos la época de la erradicación en el contexto del “plan Colombia”  mediante la fumigación podemos discernir que este acto para el medio ambiente es degradante , ya que quienes lo hacían buscaron otros lugares donde seguir cultivando, llegando así a la fragmentación y a la destrucción de los últimos bosques naturales en diversas regiones en las que se encuentra gran parte de la riqueza en biodiversidad , por lo cual el impacto cualitativo de su tala y degradación tiene inmensas proporciones.

Por  eso querido público hoy los invito a que seamos conscientes que la guerra solo ha traído destrucción y desolación en los diferentes ámbitos, sean familiares, sociales y/o ambientales.

Ahora hablemos de hoy, cuando existe el ideal de un proceso de paz que quizá de fin a la destrucción y deterioro y que de esta forma estemos en la posibilidad de aprovechar nuestra inmensa riqueza en biodiversidad, aunque es un ideal que no se producirá fácilmente pues las experiencias internacionales han indicado que el posconflicto puede incrementar la destrucción ambiental debido a que  los excombatientes que no se reintegren irán en pos de la explotación ilegal de los recursos naturales, quizá por la falta de oportunidades laborales; sin embargo en la mesa de negociación este ha sido un tema de importancia, sobre el cual tienen planteados ciertos restos que de alcanzarse sería de gran beneficio para todos; es así como algunas agencias de las naciones unidas han hecho un estudio, en el cual identificaron que 125 municipios prioritarios  para los programas de posconflicto, encontraron que las zonas  para la implementación de las acciones de construcción de paz tienen altísima relevancia ambiental y que la implementación de la reforma rural impone muchos retos frente al manejo de reserva forestal, en las cuales se debe evitar la promoción de actividades productivas distintas a las que su vocación permite; Así como, por ejemplo, la asignación de tierras a víctimas del conflicto o excombatientes debe considerar tanto la disposición productiva de la población como las características biofísicas del suelo y la oferta natural disponible, además de  reconsiderar el papel de la actividad extractiva para evitar una migración de conflictos socio ambiéntales hacia zonas con potencial minero.

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