Implicaciones ambientales de la obsolescencia programada

Instituto Tecnológico de Costa Rica

Escuela de Idiomas y Ciencias Sociales

Ensayo

Implicaciones ambientales de la obsolescencia programada

Heiner Lezama Ortiz

Sede San Carlos

26 de mayo de 2015

Implicaciones ambientales de la obsolescencia programada

 Alguna vez, se han preguntado por qué los artefactos y productos de hoy en día, (2015) tienen una vida útil tan corta, por qué cada vez observamos o escuchamos de la creación de miles de nuevos productos, por qué la mayoría de las personas siempre quieren comprar lo último aunque lo que posean se encuentre en buen estado.

La respuesta a esta y a muchas otras preguntas, radican en un solo punto, la obsolescencia programada o planificada, esta se define como el simple hecho de programar la vida útil de los artefactos, es decir fijar una fecha de caducidad. Aunque no lo sepas o no te percates, la obsolescencia programada está presente en la mayoría de los productos que compramos.

Actualmente, un gran ejemplo de esta obsolescencia, son las impresoras, a las cuales se le implanta un chip de conteo de impresiones, de esta manera, cuando la impresora tenga cierto número de impresiones, este chip hará que esta se detenga de  forma repentina, quedando de esta manera obsoleta.

La obsolescencia programada, considerada un mecanismo que busca el lucro económico, y que consiste en comprar y tirar, posee una variante, un tipo de obsolescencia el cual es más fácil de percibir en nuestro entorno, ya que se encuentra casi en la mayoría de las personas, esta variante o tipo de obsolescencia se le conoce como obsolescencia percibida.

En palabras de Stevens la obsolescencia percibida se define como: “el deseo del consumidor de poseer un producto poco más nuevo, un poco mejor y un poco antes de que sea necesario” (citado por Pérez M., 2014, parr 5). De esta manera se introduce el gran papel que desempeña la publicidad, cuando nos crea la necesidad de estar siempre a la moda, lo cual nos lleva nuevamente la ideología destructiva de comprar y tirar.

Ahora que ya conocemos un poco acerca del concepto de obsolescencia planificada y percibida, hablaremos un poco de las consecuencias que esta conlleva, haciendo hincapié en la destrucción que el exceso de desechos electrónicos está causando a nuestro planeta.

Al vivir en una sociedad de productos que fácilmente se consideran obsoletos, tanto porque pueden presentar fallos o simplemente porque se ha sustituido por otro, las nuevas funcionalidades y modelos, los mayores requerimientos en cuanto a eficiencia, la oferta constante y la necesidad de estar a la moda hacen que productos relativamente en buen estado, queden en el abandono, sin tomar en consideración que cada vez que se desecha algo y se adquiere algo nuevo, esto implica un costo a la naturaleza, y al mismo tiempo la convierte en un basurero de residuos electrónicos, lo cual evidentemente produce una contaminación ambiental y a la vez ocasiona problemas a la salud.

Las cantidades de chatarra electrónica (desechos electrónicos) que se producen anualmente son muy elevadas, según la UNU, (2014) la cantidad de basura producida en el 2014, fue de aproximadamente 41.8 millones de toneladas.

En los residuos electrónicos existe gran presencia de algunos metales considerados metales pesados, esto por la gran contaminación que estos suponen, y al ser metales altamente tóxicos producen daños en la salud humana.

 Plomo, arsénico, cobalto, mercurio, cadmio, un cóctel de sustancias tóxicas, que se esparcen por el terreno y que ocasionan graves problemas de salud, enfermedades incurables y destrozos medioambientales, que contaminan el agua, los alimentos y que crean una atmosfera  irrespirable. (RTVE.es, 2012, parr 5).

En el mundo existen gran cantidad de vertederos  de residuos electrónicos, sin embargo estos no dan abasto a los millones de toneladas de basura electrónica producida, es por eso que los principales países desarrollados, como el caso de Estado Unidos, Japón, China y la mayoría de los países del viejo continente, se las han ingeniado para enviar gran parte de su chatarra electrónica a países tercermundistas, principalmente africanos.

Ghana es uno de los principales vertederos de basura electrónica, este y los otros países no  tienen la capacidad de darles el correcto trato a toda la chatarra que les llega.  

Los campos de reciclaje como el Agbogbloshie, ubicado en Accra, capital de Ghana, poseen personas no capacitadas para realizar los trabajos de separación, tampoco poseen recursos técnicos para lograr evitar que productos altamente tóxicos anteriormente mencionados como el mercurio, lleguen a ríos, fuentes de agua potable o simplemente se dispersen en la atmósfera, provocando un gran contaminación ambiental. La constante quema de plásticos PVC, han deteriorado enormemente la calidad de aire en la ciudad de Accra en los pueblos vecinos. Peligrosos químicos son liberados en las quemas de los materiales no reciclables y generan un enorme problema de salud pública en el pobre país africano.

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