Importancia y necesidad de la ética y la deontología jurídica

Marianne Zamudio Romero

Grupo:08

Importancia y necesidad de la ética y la deontología jurídica.

CONTROL DE LECTURA.

La lectura comienza explicando que existe una decadencia moral en la sociedad en que vivimos, la cual es consecuencia, según el autor, de la constante pérdida del sentido de la existencia humana y que uno de los síntomas en que se presenta esta pérdida es el suicidio, resultante de la frustración existencial que a su vez es consecuencia del sentimiento de inutilidad y desmoralización que adquieren aquellos que desconocen para qué están vivos o a dónde quieren llegar. Siguiendo ese hilo de ideas el autor expone que una de las causas de la desestimación de la moral que existe un relativismo ético, lo cual se entiende como que cada persona percibe a la ética y a la moral de diferente forma, algunos creen que moral y tolerancia son lo mismo o, en los casos más comunes, existe una doble moral por la mayoría de las personas, ésta doble moral consiste en la hipersensibilidad ante los valores individuales y a la insensibilidad a los colectivos.

Más adelante, el autor expone que el hombre moderno y carente de sentido de vida es conformista y aunque aparente ser feliz, realmente no lo es, y ante esto, el autor afirma que “el verdadero progreso humano integral no puede dejar a un lado la moral: hacen falta convicciones profundas, capacidad de compromiso y decisiones responsables”1. Posteriormente se aborda que este fenómeno se presenta con más frecuencia en los estudiantes, pues la modernidad en que se desarrollan hoy en día los arroja a dos extremos, ya sea, lo que el autor llama “intoxicación informativa”, o la “indigestión intelectual”, pues a estas alturas de la vida a la mayoría de las personas, pero en especial a los jóvenes, les dejó de interesar la búsqueda de la verdad, cosa que trae consigo un camino de ignorancia y, volviendo al punto al punto del párrafo anterior, a la desmoralización.

Tras lo anterior expuesto, el autor hace énfasis en la importancia que tiene la ética en la vida y desarrollo personal y social del ser humano, pues afirma que la ética “tiene como finalidad establecer una plataforma valoral que supere lo arbitrario y caprichoso en las actuaciones humanas”2. Además de que resalta una vez más que, aún y cuando esté a nuestro alcance el progreso tecnológico y científico, si no se sabe a dónde se quiere llegar ese progreso no será más que un desperdicio, se debe buscar el progreso teniendo como base siempre a la ética.

Posteriormente, el autor afirma que “no se puede transformar la sociedad si no se produce un cambio en las personas”3, pues menciona que la ética es de muchas formas la clave para la solución de los problemas a los que se enfrenta la humanidad a día de hoy porque incluso el más pequeño acto de un individuo, ya sea bueno o malo, repercute en ondas expansivas que afectan a una mayoría de diferentes formas. De este modo, el autor comienza a desarrollar la idea de que cada persona tiene la obligación de comprometerse con los valores presentes en cada una de sus acciones y resalta la importancia de que el hombre bueno es resultado de las acciones buenas y que “la ética profesional surge de la ética personal”4.

Seguido de esto, el autor procede a exponer la importancia de la ética y la deontología dentro del derecho pues, como es sabido, el derecho tiene como fin velar por la dignidad humana en sociedad, además del mantenimiento de la armonía en esa misma sociedad, sin embargo, el derecho y los estudiosos del mismo poseen una reputación completamente opuesta a lo que deberían representar. Al respecto, el autor se permite hacer una breve compilación de la opinión que tienen las personas de diferentes países referentes a los jueces, magistrados, legisladores, abogados, etc., de modo que se pruebe su punto acerca del desprestigio que sufre la carrea de derecho en general y no de forma reciente, sino de varias décadas atrás (opiniones que no cambian mucho a día de hoy), este desprestigio afecta a la sociedad de modo que cada vez es menos gente la que deposita su confianza en un abogado o en la impartición de justicia al grado de que México es considerado un  país carente de estado de derecho.

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