Incomunicacion
Enviado por Pablojara2010 • 1 de Agosto de 2012 • 1.742 Palabras (7 Páginas) • 856 Visitas
“El velero en la botella» es una obra del teatro del absurdo que trata el tema de la incomunicación, situación que impide el desarrollo de las personas encerrándolas en paradigmas propios”.
Esta obra del afamado escritor Jorge Díaz, aunque no posee la trascendencia de otras de sus obras, como “El cepillo de dientes”, si nos muestra un mundo irreal y absurdo, en donde la incomunicación no permite crecer a sus personajes. El propio autor la define como “una obra muy significativa para mí en la que mezclan las experimentaciones formales del lenguaje con la carga valórica relacionada con la comunicación, el amor y la vida".
La incomunicación es un problema bastante común en la sociedad de hoy en día. Si no se trata a tiempo, puede originar el quiebre de la misma.
David, quien es mudo, no establece casi ningún tipo de comunicación con su padre, al punto de pasar casi desapercibido para su familia, la cual lo considera un idiota. Esto llevará a David a cometer una serie de actos atroces y a intentos desesperados por establecer algún tipo de comunicación con los suyos.
Esta familia está compuesta, además del padre, por sus tías, que tejen su “red de maldad” de la cual trataremos más adelante; y, por Rocío, la empleada, la única quien de verdad entiende a David y está libre del falso mundo en el que viven los demás. De hecho, sólo gracias a ella, David logra al fin escapar de su siniestro mundo para vivir en el propio: un mundo de amor.
Un periodista resume esto así: “La obra de Jorge Díaz, trata el tema de la incomunicación y muestra que a través de las palabras y signos no se logra traspasar la barrera de la distorsión del mundo objetivo. Sin embargo, éste subraya algunas posibilidades humanas, como romper este cerco de presión, de distorsión y de absurdo. La pieza muestra que la incomunicación impide el desarrollo de las personas, encerrándolas en sus propios paradigmas, convirtiéndolas en seres individualistas, solitarios e incapaces de amar.”
El mundo irreal que vivía David, producía la incomunicación existente entre él y su padre. Esto, en nuestra opinión, es la principal causa de que David se sienta tan asfixiado en un mundo de falsos valores, apenas es tomado en cuenta y sienta una mezcla de sentimientos difíciles de comprender. Él no conocía el mundo de afuera más que por lo que le comentaba Rocío. El saber que él se perdía de todo esto sólo lo entristecía más.
Tal vez si su padre se hubiera dado el tiempo de “escuchar”, aunque sea sólo una vez, a su hijo, se hubiera evitado el posterior suceso que caló hondo en la familia. Pero hay que reconocer que David tampoco hizo mucho para establecer relación con su padre.
Los Tudor habían presentado a su hija Emiliana para ser la mujer de David. Éste no deseaba ni en lo más mínimo a tal mujer, pero en su condición no tenía más remedio que resignarse. Visitaron la casa el notario y la matrona. Todo marchaba bien, hasta que David se queda solo con Emiliana y, en un claro intento de llamar la atención, y de demostrar todo lo que siente, la viola.
Es curioso, ya que mientras esto sucede, otro caso de incomunicación se nos plantea frente a nuestros ojos, dándonos a entender lo complejo de esta obra frente al tema.
El señor y la señora Tudor estaban casados, pero al parecer, no felizmente. Esto lleva a la señora Tudor a iniciar una aventura amorosa con el padre de David. Aún cuando el señor Tudor ve esto, no se da cuenta del problema, puesto que no tenían la suficiente comunicación como para comprender los sentimientos del otro, y simplemente se limitaban a convivir, casi sin notar la existencia de su pareja.
Aquí se aprecia claramente el problema que puede causar la incomunicación, muchas veces subestimada. La señora Tudor se siente poco querida, pero tampoco ella hace un gran esfuerzo por comunicarle el problema a su marido, por lo que su relación se estanca y no puede continuar. Puede sonar a redundancia, y de hecho lo es, pero se debe dejar muy en claro todos los problemas que arrastra esta situación. Ellos involuntariamente ocultan su problema y disimulan como si tuvieran una buena relación, sin discusiones ni peleas. Para el observador poco cauto, esto le podría parecer verdad, pero de seguro alguien más hábil descubriría que su pacífica convivencia no se debía, precisamente, a que fuesen una pareja perfecta, sino a su falta de comunicación y, por consiguiente, nula relación.
Por esta última razón, entonces, la Señora Tudor inicia una aventura amorosa con el padre de David. Pero no es por coincidencia que la inicie con él, ya que también tenía su cuota de incomunicación. De todos los personajes de esta obra, él es probablemente, en quién más se acentúa este problema.
Lo vemos recurrentemente sentado frente a su aparato de radio, intentando comunicarse con alguien que no existe o manteniendo una conversación incoherente, tratando de suplir así su falta de contacto con el mundo exterior. Tal es la poca habilidad que tiene para comunicarse, que esta es la causa principal de la separación con su esposa Edelvina. Unos cuantos problemas estúpidos, de los cuales se echaban la culpa mutuamente, provocan el quiebre.
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