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apitulo 1, da cuenta del proceso seguido para que esta institución se hiciera realidad; asimismo, se analizan los primeros años de vida como institución anexa al Instituto Científico y Literario; su separación de dicho plantel, los distintos edificios que ha ocupado y por supuesto las gestiones que sus directivos, personal y alumnos hubieron de realizar para conseguirlo. El establecimiento de dos planes de estudio influyeron en cambios de la estructura organizativa de la escuela; por eso se hace una caracterización de las instancias que se derivan de las recomendaciones nacionales.

En el capitulo 2, analiza los diferentes planes de estudio, algunos que enfatizaron en la practica, otros en la teoría; traté de buscar la relación entre el enfoque de estos programas y algunas de las actividades académicas organizadas por la Escuela Normal que, teniendo un carácter local, no se apartaban del enfoque de dichos planes. Este es uno de los capítulos más extensos del libro, toda vez que abarca desde el plan 1936 hasta el de 1984.

En general la autora para realizara este libro, utilizó la documentación oficial que se encuentra en diversos archivos: de la propia institución, del Instituto Científico y Literario, del gobierno del estado, del municipio, así como de particulares. Su estudio intentó ir mas allá de lo oficial; es decir, pretendió acercarse a los actores educativos de diferentes épocas explorando lo especifico y singular de sus vidas durante su labor en la escuela o su vida como estudiantes.

Capitulo 1 “Escuela Normal, un encuentro con su pasado”

Primeros intentos para su creación.

El movimiento de 1810 produjo cambios importantes en la vida de nuestro país; sin embargo, no repercutieron de inmediato en la mayoría de la población. Señala el profesor Salvador Martínez Prieto (1976) que en 1821, el estado de Chihuahua tenía dos obstáculos para su progreso: el desierto y los apaches, por lo cual, difícilmente recibía los primeros alientos de la renovación pedagógica que de Europa llegaban al que había sido el virreinato de la Nueva España. Quienes entendían y trataban de iniciar esa renovación, oponiéndose con ello al estado de cosas en extremo retardatario de la época, fueron expulsados por los militares realistas durante la lucha por la independencia: sin embargo, al triunfo de esta se hicieron dueños del poder político, pero no cambiaron los sistemas y siguieron aplicando en toda su amplitud los métodos de clase.

Fueron varios los intentos que en el siglo XIX se realizaron para crear una institución que formara a los profesores. Así, en 1824 empezó a funcionaren la ciudad de Chihuahua la Escuela Principal, atendida por el subdiácono Antonio Cipriano Irigoyen, quien “había acudido a México donde aprendió el método lancasteriano y la Escuela Principal pasó a llamarse Escuela Lancasteriana, la cual constituía el modelo, incluso el mismo Gobernador José Antonio Arce la llamó Escuela Normal.

Al concluir el conflicto con los Estados Unidos, nuevas esperanzas se gestaron. Así, el 25 de enero de 1861 la Legislatura expidió la Ley de Instrucción Pública. Entre las diapositivas relativas a la educación pública se ocupaba de apuntar la necesidad de establecer por cuenta del estado una escuela que se ocupara de la preparación de los profesores que deberían atender “las nuevas escuelas que tanto el gobierno del Estado como los municipios, crearían al amparo de nuevas leyes. Este nuevo intento para crear la Escuela Normal, al igual que el anterior de 1843, no prospero” debido a los acontecimientos de la intervención Francesa y el Imperio.

La Escuela Normal, una realidad.

A raíz de la publicación de la ley, el gobernador procedió a tomar las medidas necesarias para su debida aplicación. Entre ellas:

1. La creación de dos becas que por cada distrito se concedían a los jóvenes por su aplicación y por sus aptitudes para el magisterio.

2. Los jóvenes seleccionados tendrían habitaciones, alimentos y ropa en el internado de la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad de Chihuahua.

3. El estado pagaría el pasaje y los gastos para el traslado de los jóvenes seleccionados en cada distrito.

4. Se fijó como fecha de iniciación de los cursos el día 7de enero de 1906. Fue el Instituto Científico y Literario quien tomó a su cargo dichos cursos. El primer director fue Miguel Márquez.

Estas medidas hicieron posibles que la Escuela Normal fuera una realidad en el estado de Chihuahua.

El primer plan de estudios, de acuerdo con la ley del 24 de abril de 1905, comprendía seis años, tres de secundaria y tres de profesional. En el último se cursaban las materias relacionadas con el trabajo docente.

Hubo varios intentos para separar a la Escuela Normal del Instituto Científico y Literario. El primero fue propuesto por el profesor Alberto Vicarte, el director interno del instituto, quien puso a la consideración del gobernador un proyecto de ley de la enseñanza normal en 1913 conforme al cual se debería organizar la Escuela Normal.

El proyecto no prospero. Pero el 31 de diciembre de 1914, el gobernador del estad, Fidel Ávila, de filiación villista, expidió un decreto que modificó la estructura de la Escuela Normal, dándole un plan de estudios de cinco años y la separo del instituto, quedando sujeta a la Dirección de Institución Primaria y Normal, y encomendó la dirección del plantel al profesor Francisco Cuervo Martínez.

A la caída del villismo, en 1915, la Escuela Normal volvió a funcionar como dependencia del Instituto Científico y Literario hasta que en 1930, Francisco R. Almada, gobernador del estado, dispuso la separación de las dos instituciones, dándoles carácter independiente, cada una con su respectivo plan de estudios y director propio, pero localizados en el mismo edificio.

Separación de la Normal del Instituto Científico y Literario.

En junio de 1937, en informe que rinde la Dirección del Instituto Científico y Literario, especifica los principales problemas pendientes de solución.

El 1 de septiembre de 1937, bajo la administración del general Gustavo Talamantes, se decretó la separación definitiva de la Escuela Normal. El doctor Julio Ornelas, director del instituto, lo explica en el oficio 459 del 4 de julio de 1938 que envía al profesor Manuel Aguilar Sáenz, en el que hace algunos comentarios sobre la reseña histórica del citado instituto, cuyo autor es el profesor Aguilar Sáenz.

Una vez la Escuela Normal se separó del Instituto Científico y Literario (1937), la escuela ocupó el edificio que había pertenecido a la Escuela Primaria Anexa. Su primer director fue el profesor Luis Urías. Le siguió el profesor José Ma. Muñoz, quien duró menos de un

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