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Institucionalismo


Enviado por   •  13 de Abril de 2013  •  2.150 Palabras (9 Páginas)  •  642 Visitas

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INSTITUCIONALISMO EN MÉXICO

Las instituciones han jugado un papel protagónico en el desarrollo del país ya que a partir de su funcionamiento muchos han abusado del poder, otros han fortalecido al gobierno y los menos han contribuido al avance democrático del mismo.

La historia nos señala que la institucionalización del país ha sido un anhelo de muchos gobiernos, desde el término de la Revolución mexicana, el proceso de institucionalización se agudizó. Con las instituciones se pretendía dar legitimidad a los regímenes gubernamentales e impulsar a México para que estuviera a la altura de otros países que ya para entonces contaban con diversos organismos que desempeñaban determinadas acciones de gobierno.

Sin embargo cuando se empezó a pensar en las instituciones que el país requería sólo se observó lo que le hacía falta al país pero no se tomó en cuenta la manera en que dichas instituciones debían funcionar y mucho menos se establecieron reglas claras que controlaran el funcionamiento institucional. El objetivo era establecer mecanismos de control político para mantener los gobiernos, por lo tanto las instituciones desde los cimientos tenían debilidad.

Poco a poco el sistema se fue agotando hasta llegar a 1968 cuando el pacto entre el gobierno y la élite económica del país se desvaneció, dando pie una de las mayores crisis políticas de México. El autoritarismo, la impunidad y el tráfico de influencias se habían vuelto parte de la realidad de la vida política y social de México. En dicho año las instituciones demostraron no ser lo suficientemente fuertes, la inconformidad estaba a la orden del día.

Otro año definitivo para la historia política del país y sus instituciones fue 1988 cuando el modelo neoliberal se impone por la vía del fraude electoral, ese año quedó demostrada la simulación que muchas instituciones realizaban desde las arcas del gobierno, especialmente las instituciones con fines sociales.

Para entonces el corporativismo y el sistema clientelar que el partido oficial en el poder utilizó para seguir gobernando eran evidentes. Muchas de las instituciones se vieron atrapadas por los intereses de líderes sindicales y grupos minoritarios.

El sindicalismo era ya un cáncer de la sociedad mexicana o mejor dicho los líderes sindicales (no los sindicatos), ya que los sindicatos se manejaban como capital político. Los candidatos que contaban con el respaldo del líder sindical eran los que tenían mayores posibilidades de ganar.

La alternancia política dada en el 2000 vino a traer de nuevo el debate sobre las instituciones, nuevamente se utilizaron para impulsar un proyecto neoliberal y un proyecto de democratización del país.

La institución que más se fortaleció sin duda fue el Instituto Federal Electoral que después de su creación en 1990 por fin se consolidaba como una institución imparcial que permitía el triunfo legítimo de aquel candidato que resultara electo por los ciudadanos.

La esperanza generada por la caída del partido hegemónico y la alternancia en el gobierno alentaron la credibilidad en las instituciones, misma que se fracturó conforme se impuso la realidad del cambio que nunca llegó.

El proceso electoral de 2006 produjo una polarización del país y en el marco de una elección cerrada uno de los candidatos punteros arguyó fraude electoral y posteriormente mando al diablo a las instituciones. La situación provocó una nueva crisis para las instituciones del gobierno Calderonista.

A pesar del conflicto post electoral el institucionalismo del país se ha mantenido firme, aunque cabe mencionar que hay instituciones que han perdido importancia mientras otras se consolidan. Tal es el caso del ascenso que ha tenido la Secretaría de Marina en la vida pública del país o el deceso de instituciones como la extinguida Secretaria de la Reforma Agraria.

En este sexenio se han dado una serie de enroques que nos permiten observar como diversas instituciones han enfocado sus energías en torno a un mismo tema: la Seguridad Nacional.

En el discurso pronunciado por el Presidente Felipe Calderón el 25 de Enero, éste menciona “La Secretaría de la Defensa Nacional apoya irrestrictamente las políticas gubernamentales en materia de seguridad y participa activamente en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública para preservar un orden nacional en el que los poderes públicos sean respetados como instituciones”.

Para Felipe Calderón el institucionalismo también incluye la estructura de gobierno dividida en tres niveles (Ejecutivo, Legislativo, Judicial). El orden constitucional del que tanto habla Calderón es parte del institucionalismo del país.

Las instituciones se han puesto al servicio del régimen en turno, no tanto para cumplir con las tareas encomendadas por la función pública sino para mantener el poder de un gobierno vulnerable.

En Febrero de 2010 cuando hablaba de telecomunicaciones el mandatario mexicano dijo: “Se prepara una legislación para incrementar el poder de las instituciones regulatorias y de comisiones antimonopólicas”.

Bajo mi perspectiva se ha abusado de la creación de instituciones y organismos para resolver los problemas, hoy tenemos instituciones que vigilan a otras que a su vez tienen otra institución que las regula y dependen de otra institución de la que bajan recursos financieros.

El problema radica en que la experiencia nos ha demostrado que crear instituciones que garanticen el buen funcionamiento de otras es una acción que lejos de eficientar la función pública solo engrosa los gastos públicos.

Mientras las instituciones estén atadas a los intereses político-electorales de quienes nos gobiernan no podrán consolidarse como pilares de desarrollo.

Necesitamos de instituciones autónomas, con objetivos determinados y medibles, con gente capaz y con políticas públicas en desarrollo que tomen en cuenta las necesidades del país y escuche las voces de todos los sectores de la sociedad.

Disidencia e institucionalismo en México

Por Efraín Moreno Arciniega

No todo, lo que a todos parece verdadero, es verdadero.

Platón

En México, pese a todos los derechos individuales y civiles plasmados en la constitución y demás códigos que hoy se tienen, ser disidente de los grupos en el poder es caer, al menos, en la exclusión política de muchos de los grupos que detentan el poder.

La intolerancia a las ideas contrarias es una reacción muy propia en la mayoría de nuestros políticos mexicanos y de las

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