Elaborando el “nuevo institucionalismo”
Enviado por Diego B Mcfather • 27 de Junio de 2020 • Informe • 8.311 Palabras (34 Páginas) • 136 Visitas
Elaborando el “nuevo institucionalismo”
James G. March y Johan P. Olsen
Traducción al español del texto: James March and Johan P. Olsen. (2005) Elaborating the “New Institutionalism” Working Paper No.11, March 2005 Arena. UIO.
Elaborando el “nuevo institucionalismo”
Por James G. March y Johan P. Olsen
Documento de trabajo
No. 11, marzo de 2005
http://www.arena.uio.no
Resumen
Con el propósito de hacer un bosquejo del enfoque institucional este documento desarrolla las ideas presentadas hace poco más de 20 años en The New Institutionalism: Organizacional Factors in Political Life (March y Olsen, 1984).
El institucionalismo, como se utiliza aquí dicho término, connota un enfoque general para el estudio de las instituciones políticas, un conjunto de ideas teóricas e hipótesis referentes a las relaciones entre características institucionales y agencia política, desempeño y cambio. El institucionalismo hace hincapié en la naturaleza endógena y en la construcción social de las instituciones políticas. Las instituciones no son simples contratos para el equilibrio entre actores individuales egoístas y calculadores o arenas donde contienden fuerzas sociales. Son un conjunto de estructuras, reglas y procedimientos de operación estandarizados que tienen un papel parcialmente autónomo en la vida política.
El trabajo culmina haciendo algunas preguntas de investigación en la frontera de los estudios institucionales.
Una perspectiva institucional
Una institución es un conjunto de reglas y prácticas organizadas, relativamente perdurables, imbuidas en estructuras de significado y recursos que son relativamente invariantes ante los cambios de los individuos y relativamente resilientes ante las preferencias idiosincrásicas y expectativas de los individuos, al igual que ante las cambiantes circunstancias externas (March y Olsen, 1989, 1995). Hay reglas constitutivas y prácticas que dictas comportamientos apropiados para actores específicos en circunstancias específicas. Hay estructuras de significado, ancladas en identidades y pertenencias: propósitos comunes y razones que dan dirección y significado al comportamiento, y que explican, justifican y legitiman códigos de comportamiento. Hay estructuras de recursos que crean capacidades para actuar. Las instituciones facultan y limitan de forma distinta a los actores y los hacen más o menos capaces de actuar según reglas que prescriben qué es apropiado. A las instituciones también las refuerzan terceros que imponen el cumplimiento de las reglas, sancionando la falta de tal cumplimiento.
No obstante que el concepto de institución es toral para gran parte del análisis político, hay gran diversidad en y entre las disciplinas con respecto al tipo de reglas y relaciones que se construyen como “instituciones” (Goodin, 1996: 20). Más aún, los enfoques hacia las instituciones políticas difieren al momento de plantearse cómo entienden: a) la naturaleza de las instituciones en cuanto al contexto organizado en el cual los actores políticos modernos actúan más típicamente; b) los procesos que traducen las estructuras y las reglas en impactos políticos y c) los procesos que traducen el comportamiento humano es estructuras y reglas, y establecen, sustentan, transforman o eliminan instituciones.
El institucionalismo, como se utiliza aquí dicho término, connota un enfoque general del estudio de las instituciones políticas, un conjunto de ideas teóricas e hipótesis concernientes a las relaciones entre características institucionales y agencia política, desempeño y cambio. El institucionalismo hace hincapié en la naturaleza endógena y en la construcción social de las instituciones políticas. Las instituciones no son simples contratos de equilibrio entre actores individuales egoístas y calculadores, o arenas donde contienden fuerzas sociales. Son una serie de estructuras, reglas y procedimientos de operación estandarizados que tienen un papel parcialmente autónomo en la vida política.
Siendo que el institucionalismo viene en todos los sabores, todos ellos son perspectivas que buscan comprender y mejorar los sistemas políticos; asimismo, complementan y compiten con otras dos amplias interpretaciones de la política. La primera es el enfoque de actor racional que observa la vida política como organizada por el intercambio entre actores calculadores, que persiguen su interés egoísta. La segunda es una perspectiva de comunidad cultural que ve la vida política como organizada por valores compartidos y visiones del mundo en una comunidad de cultura, experiencia y visión común. Estas tres perspectivas —institucionalismo, actores racionales y comunidad cultural— no son mutuamente excluyentes. La mayor parte de los sistemas políticos podemos interpretarlos como operando mediante una mezcla de principios organizadores. Tampoco es fácil distinguir siempre dichas perspectivas. Los verdaderos creyentes en cada una de las tres pueden reducir las dos restantes a la condición de un “caso especial” de su opción preferida. Pragmáticamente, si embargo, las tres perspectivas son distintas. Centran su atención en diferentes aspectos de la vida política, en distintos aspectos explicativos y en diferentes estrategias para mejorar los sistemas políticos.
Los aspectos clave distintivos son hasta qué punto cada una de las perspectivas define las reglas e identidades en las instituciones políticas como epifenómenos que reflejan circunstancias ambientales o preferencias individuales predeterminadas y recursos iniciales, y hasta qué punto cada una de las perspectiva ve las reglas e identidades como reproducidas con cierta confiabilidad que es, por lo menos en parte, independiente de la estabilidad o cambio ambiental.
Desde una perspectiva institucional, un supuesto central es que las instituciones crean elementos de orden y predecibilidad. Moldean, permiten y limitan a los actores políticos conforme éstos actúan en una lógica de acción apropiada. Las instituciones son portadoras de identidades y roles, y marcan el carácter, la historia y las visiones de una organización política. Proporcionan lazos que sujetan/unen a los ciudadanos no obstante aquello que los separan. Asimismo, impactan el cambio social y crean elementos de “ineficiencia histórica”.
Otro supuesto central es que la traducción de estructuras en acción política y de la acción en continuidad y cambio institucional, la generan procesos comprensibles y rutinarios. Estos procesos producen modos recurrentes de acción y patrones organizacionales. Un desafío para los estudiosos de las instituciones es explicar cómo dichos procesos se estabilizan o desestabilizan,
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