Introduccion A La Educacion Especial
Enviado por aniypablo • 16 de Julio de 2015 • 1.362 Palabras (6 Páginas) • 157 Visitas
Cambios y continuidades en la identidad socio-laboral y cultural del sector docente
La matriz Normalista como Identidad Fundante
La constitución inicial de la profesión es una de las dinámicas más potentes en la formación de las Identidades, en tanto va conformando un cuerpo de actitudes y saberes que se transmiten de generación en generación.
En nuestro país la tradición más acentuada y perdurable surgió de instituciones específicas impulsadas por Sarmiento. Esta tradición se constituye a partir de la experiencia de las escuelas normales creadas a partir de 1870 a 1900.
El normalismo se convirtió en una matriz de pensamiento para muchas generaciones de pedagogos. Dicho normalismo fue, en primer lugar, una estrategia centralizada del estado nacional para ordenar y encauzar la heterogeneidad de las instituciones educativas y también constituir un cuerpo especializado y homogéneo para dirigir y obtener la expansión escolar.
El normalismo surge estrictamente vinculado como proyecto y dispositivo Institucional, a la escuela Sarmientina.
Para gran parte de los normalistas, la oposición entre “ciencia” y “fe” era central siendo la primera el equivalente de las acciones del Estado Nacional.
El establecimiento de métodos y patrones de enseñanza esquemáticos contribuyo también a convertir a la formación docente en la transmisión de una “tecnología formalizada” más que en el aprendizaje de conocimientos y técnicas fundamentadas y contextuales.
Los maestros normales fueron “anónimos”, “reformadores de costumbres”, dicha reforma se apoyó también en la difusión de la cultura letrada. Para algunos estudios, el normalismo fue decisivo a la hora de producirse el pasaje de las culturas orales campesina a la cultura letrada urbana.
El normalismo significo el anudamiento de algunos sentidos que perduraron por mucho tiempo en la docencia. En primer lugar, la identificación del magisterio con la función de “servicio público”, en segundo lugar, la adopción de una pedagogía de tinte autoritario y sospechosa de la cultura contemporáneas y de la libertad individual, centrada en la replicación de métodos altamente ritualizados. Ambos sentidos confluyeron en la adopción de una relación burocrática con el conocimiento y el ejercicio de la profesión.
Lo local como matriz de sentido
Por lo anterior el Normalismo como tradición pedagógica implico una homogeneización de los sujetos y de las políticas educativas, a la vez que una transformación de las fronteras y una vía de ascenso social e inclusión en el espacio público para sectores anteriormente excluidos.
Durante los 60 y los 70, tanto en las vertientes desarrollistas de la planificación como en las teorías critico-reproductivistas, se tendió a pensar que las instituciones eran meras correas de transmisión de las voluntades y políticas de los gobiernos y los estados. Este reduccionismo dio paso en los 80 a la revalorización de la autonomía institucional, alentada en la Argentina por la glorificación de la experiencia de la reforma educativa española, los proyectos institucionales, los códigos de convivencia y los consejos de escuela fueron propuesta de muy diverso origen, pero unida por los ideales de autonomía y participación.
En el marco de la reforma del Estado, las relaciones, las instituciones y las direcciones centralizadas se modificaron: si antes las primeras subsistían por el solo hecho de que dependan de las segundas, ahora las escuelas e institutos deberán demostrar, respondiendo a determinados parámetros, que lo merecían.
Uno de los ejes estructurantes de la reforma de la formación docente es el diseño centralizado y la implementación de un sistema de acreditación de las instituciones formadoras, que evalúa el rendimiento institucional a través de indicadores estandarizados, estos diagramas de reconocimiento del sistema formador suponen una amenaza de desaparición basada, fundamentalmente, en el cálculo prospectivo de demanda de docentes para el sistema educativo de la zona y en “la calidad y eficacia” de cada institución formadora de la que daría cuenta el sistema de acreditación
En el proceso de “localización” las instituciones de formación docente no solo se “adaptan a” y “reciben demanda de” la realidad circundante, sino que también configuran aquella comunidad de referencia a la que pretenden articularse.
“lo local” comporta escalones múltiples, involucra posiciones complejas y el efecto político y social que provoca la localización y territoralizacion de las políticas educativas está bien lejos de poder resumirse formulas simplistas como “mayor democracia” o “retiro” del Estado.
Estado, instituciones e identidades docentes en los contextos de reforma:
Las reformas que actualmente se impulsan en la formación docente están introduciendo profundas modificaciones en las instituciones y en las identidades
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