Jóvenes: Biopolítica Y Participación
Enviado por alanbrito85 • 18 de Septiembre de 2014 • 1.770 Palabras (8 Páginas) • 276 Visitas
Introducción
El presente texto tiene como objetivo realizar una primera aproximación hacia la relación existente entre Biopolítica y la participación política de los jóvenes en Colombia. Una relación que desde mi óptica había sido siempre muy difusa pero que sin duda abre un nuevo camino en las posibilidades de análisis del que será el tema de mi investigación para obtener el título de Magister en Estudios Políticos.
Es por eso que este ensayo, que responde totalmente al significado de esta palabra pues carece de pretensión alguna de ser una verdad, está dividido en dos secciones. En primera instancia se revisa al cuerpo como un nuevo espacio de participación política mientras que la segunda sección muestra que si bien existen elementos biopolíticos en la participación política de los jóvenes está en última instancia dejan de lado la lucha por derechos que, desde una lógica totalmente biológica, permitirían una prolongación de la vida.
El cuerpo: Un nuevo espacio para la participación política
Varios estudios sobre la relación entre los jóvenes y la política parten del presupuesto que “los jóvenes se caracterizarían por su apatía e indiferencia frente a la política, una especie de desgano arraigado frente al tema en sí, como frente a la participación, a muy pocos jóvenes la política les estaría despertando su interés” (Tejop, 2000:73) al respecto Galindo (2008:10) afirma que “en diversos escenarios, aún se emplea, respecto a la relación jóvenes-política, la afirmación de apatía de aquellos hacia esta”.
A su vez, Galindo (2008:10) define apatía política “como una suerte de apoliticismo, fundada en concepciones restringidas sobre el sentido de lo que es lo político y correspondiente a los marcos de referencia de las prácticas políticas de generaciones anteriores”. Teniendo en cuenta lo anterior se puede inferir que si la apatía política de los jóvenes no es tal sino una trasformación en las prácticas políticas entonces estos sí son sujetos políticamente activos con unas formas de participación diferentes a las que se les podría llamar ‘tradicionales’.
Esta situación nos obliga a buscar cuáles son las maneras no ‘tradicionales’ que los jóvenes están utilizando para desarrollar su actividad política. Tomando en cuenta que el cuerpo es el punto central de la biopolítica y un resultado especifico del poder entonces podemos pensar que es en este centro y resultado a la vez donde se esta desarrollando parte de la actividad política de los jóvenes, en otras palabras “Los jóvenes aparecen con «claridad» en el enfrentamiento, en el sentido que ponen más el cuerpo en la disputa que la palabra” (Chaves 2004:10).
Bajo esa misma óptica, el cuerpo es un medio de comunicación que puede ser usado para manifestar opiniones, tendencias, entre otras que en comparación con lo establecido, o por lo que es aceptado, por las generaciones anteriores muestran una ruptura con las formas de participación tradicional y que dan un espectro totalmente nuevo.
Además, la modificación corporal es una forma de resistencia a una sociedad en la que todos los aspectos de la vida ya están regulados. Desde que se es pequeño se está en un proceso constante de disciplinamiento con el objetivo de la generación de un tipo de cuerpos específicos que permitan mantener la sociedad en su ritmo normal, haciendo un tornillo que se ajuste a la máquina social.
Estamos en una sociedad tan normatizada que existe hasta un lineamiento, en muchos manuales de convivencia de colegios, del largo máximo del pelo que los estudiantes pueden llevar. Así, el cuerpo no solo es el producto del poder y el centro de la biopolítica sino un espacio de confrontación política.
Esta confrontación ha hecho que los jóvenes que ejercen esa resistencia sean referenciados como delincuentes que ponen de manifiesto al menos dos formas de racismo. Por una parte tenemos ‘el racismo generacional’ que se pone en evidencia cuando un joven no es aceptado para un empleo por tener tatuajes o vestir de alguna manera particular que enfrenta a los imaginarios de como debe ser un trabajador para esta persona de más edad o el tildar de delincuente a los grupos de jóvenes por vestir de alguna manera en particular, por ejemplo un camiseta de algún club de fútbol.
Por la otra parte, tenemos el ‘racismo económico’, la exclusión por una condición económica particular, un ejemplo es que determinados tatuajes, formas de vestir, o de llevar el cabello implica una condición socio-económica distinta, inferior, que los excluye de su espectro social.
“Por lo anterior, se relaciona a los jóvenes en su biopolítica de la pobreza con una disposición a la violencia. Ella presenta que “(...) En los cuerpos ‘pobres’ de los jóvenes se inscribe un imaginario vinculado a la delincuencia. Se trata de cuerpos ingobernables, en la medida en que han sido abandonados por la mano protectora de la sociedad, que se ve ‘traicionada’ por unos padres y un ambiente que en su misma condición de pobreza son incapaces ‘naturalmente’ de socializar adecuadamente a los niños y a los jóvenes. Tras este imaginario socialmente construido, se oculta la idea valor del sometimiento y domesticación paulatina de los cuerpos ciudadanos y el papel de control que se le asigna a la familia” (Reguillo, 1999: 231)” (Martínez 2008:157)
Siguiendo en esa línea de ‘racismo’ podemos ver como la diada inclusión – exclusión desarrollada por Agamben que podría explicarse la lucha biopolítica en el cuerpo de los jóvenes. Pues si tomamos en cuenta que en la escuela los jóvenes son disciplinados en cuanto a su
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