KENNET BLANCHARD. El ejecutivo al minuto y la organizaciòn del tiempo.

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FACULTAD DE ADMINISTRACIÒN Y CONTADURÌA

DERECHO MERCANTIL

LIBRO:

“EL EJECUTIVO AL MINUTO Y LA ORGANIZACIÒN DEL TIEMPO”

PROFR. ISIDRO VARGAS CAMPOS

SEGUNDO SEMESTRE

NOCTURNO

ALUMNA: SUSANA ERNESTINA IBARRA ORTIZ

PIEDRAS NEGRAS COAH.                                                         27 DE AGOSTO 2015

INTRODUCCIÒN.

En el mundo laboral, especialmente en el  área de trabajo como las empresas, nos enfrentamos a un mundo de conflictos tanto personales como laborales donde el éxito de una organización radica en el grado de competencia de cada empleado que la conforma, y para que las competencias se desarrollen es necesario un proceso, en el cual el empleado cree su autonomía y desarrolle sus propias habilidades y capacidades para el logro de objetivos con la mayor eficacia posible.

“El ejecutivo al minuto y la organización del tiempo” nos cuenta cuáles son las dificultades que un ejecutivo tiene que enfrentar diariamente en su entorno de trabajo. La serie de situaciones que suceden nos transporta al mundo de las empresas donde veremos todo lo que se vive dentro de ella. El liderazgo y las habilidades de un ejecutivo para llevar a cabo el proceso necesario para crear un departamento de trabajadores autónomos y con iniciativa, se pondrán a prueba.

Así como también nos daremos cuenta de cómo la organización del tiempo en la realización de todas las actividades laborales tiene grandes resultados y adquiere un gran papel para llevar a una empresa al éxito.

DESARROLLO.

La vida laboral de un hombre que fue ascendido por sus grandes capacidades se ve envuelto en problemas dentro de su nuevo cargo ejecutivo. Su trabajo se vuelve frustrante y nada prometedor. El ejecutivo se ve desesperado porque su jefa le deja claro que debe hacerse cargo él mismo de la incompetencia de sus subordinados. El ejecutivo no sabe qué hacer para lograr que sus subordinados estén lo suficientemente preparados para llevar a cabo las tareas del departamento. En su desesperación le pide consejos a su amigo “el Ejecutivo al Minuto” quien lleva ese nombre porque la razón de tanto éxito en su compañía se debe a que consigue grandes resultados de su personal en muy poco tiempo y con escaso esfuerzo de su parte. Aunque para llegar a serlo también tuvo que pasar por cosas similares al ejecutivo. “El Ejecutivo al Minuto” le da varios consejos, y lo invita a un cursillo llamado gestionando el tiempo de los gestores.

A través de las charlas con “el  Ejecutivo al Minuto” se da cuenta de que su problema es de “monos”; los monos son las responsabilidades que adquieren cada uno de los subordinados dentro del departamento. Así el mono es la tarea que a cada uno le concierne pero que a veces por falta de autoridad e iniciativa no se logra realizar por la persona indicada para hacerlo. Este problema trae muchas consecuencias, como la desesperación de la jefa al no ver los resultados deseados en los proyectos, la falta de atención a las tareas del ejecutivo, así como también la falta de tiempo para realizarlas. Poco a poco, con la ayuda del “ejecutivo al minuto” analiza los errores que por mucho tiempo cometió.

El alcance del problema llegó a repercutir en el desarrollo de los subordinados. En el  momento en que un subordinado detenía a su jefe en el pasillo para pedirle ayuda y opiniones para un proyecto o tarea laboral, lo que debía terminar como un acuerdo para próximamente tener una solución definitiva por parte del subordinado, se volvía un intercambio de mono (responsabilidad) de parte del subordinado hacia su jefe. Y ¿qué causaba que el jefe siempre accediera a lo mismo?, eran varias las razones que por sus propias ideas y creencias de cómo manejar su departamento lo movían a semejante labor, ya que tenía el pensamiento de que no podían hacerlo ellos mismos y eso ocasionó que les privara de la libertad de su autonomía y la oportunidad de crecimiento profesional, además del incremento de tiempo que requería escuchar a sus subordinados por media hora, sólo para que al final les prometiera una solución a sus monos, así el subordinado solo se sentaría a esperar a que el jefe les diera respuesta; que también esto era una pérdida de tiempo. De esta forma se fue incrementando  el número de monos de muchos empleados a tal grado que el ejecutivo no tenía  tiempo para los suyos, ni para atender a su jefa, colegas y clientes.

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