LA EDUCACIÓN COMO INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN Por: Lic. Abner Samuel Cifuentes de León

LA EDUCACIÓN COMO INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN

Por: Lic. Abner Samuel Cifuentes de León

Admitir que el proceso de socialización, en todos los aspectos de la vida, comienza con la educación, tendría por consecuencia una sociedad altamente socializada, sin embargo, esto se ha convertido en una utopía, la estadística muestra cada vez más, una baja en la educación y por ende en la sociedad, donde choca en contraste, las relaciones de todos sus elementos e integrantes,  Kant afirmaba, el hombre llega a ser hombre por medio de la educación, queda entonces , a consecuencia deliberar sobre el efecto que está produciendo la educación en nuestro país o la liberación que produce, al formar hombres y mujeres en todos los aspectos que Kant consideraba, por lo que al hablar de liberación, se considera que hay esclavitud y marginación, sin embargo, la cuestión actual va más por lo ético y lo moral, cohabitamos una sociedad, que se extravía por la pérdida de los valores, desde los niveles de educación inicial hasta llegar a los superiores. Es común notar la apatía, la falta de interés, el deseo por ser profesional a toda costa con un título universitario, sin el mérito para obtenerlo, sin pena ni gloria, a sabiendas que en lo profesional habrá un desequilibrio muy marcado, con débiles directrices y pocas capacidades humanizantes, es por esto, hacer conciencia a nuestros jóvenes universitarios, que la educación es la única liberadora, que restablece el ser hombre o mujer, en la plenitud de la vida, capaz de convertir una realidad tan cruda de nuestra sociedad,  con lo que se aduce a Paulo Freire, quien manifiesta, que la única forma de cambiar a una sociedad es comenzar con el individuo el cual debe adquirir criterios bien establecidos de querer liberarse de la pobreza mental, educar desde un punto de vista distinto al clásico que siempre se ha utilizado, donde la autoeducación sea más importante que la información, pues al tratar de cambiar al individuo también se establecería el cambio en los individuos que lo rodean, pues la educación debe ser transitoria, de individuo a individuo y que mejor que sea una educación de calidad que libere de la ignorancia a tantos jóvenes sin vocación y sin metas, que van al reto educativo, sin salir de la zona de confort que a causa de la misma cultura esclaviza, cuestión que viene siendo la familia la primera institución educativa, se ha quedado corta a no tener un compromiso bien establecido, donde los propios padres han perdido el control y el manejo de la implementación de los valores en el hogar. Esto con el pasar el tiempo hace mella en los canceles de la sociedad, debilitando el propio sistema educativo, llevando estos antivalores a los personajes que dirigen el país. Es la educación entonces el principal motor para liberar al guatemalteco, de su estado actual, que no enorgullece, preocupa, porque es más fácil no estudiar, que estudiar, y si se estudia se quiere coaccionar para aprobar los cursos, de la forma más fácil que se pueda y que en determinada forma, es también por cooperación del docente universitario, que debe entender que es el facilitador de todo el proceso, creativo, llamativo, con principios y valores, que motive esa liberación, de dejar el conformismo, respetar y amar la lectura, cultivar el aprendizaje significativo, por el anhelado cambio del país, de la familia, de la sociedad. La educación libera, de la ignorancia, abre puertas al conocimiento, a la inteligencia para resolver los conflictos sociales que están a la orden del día, para buscar soluciones a los mismos, con propiedad y soltura, para coordinar y dirigir los destinos de un grupo social o cultural, para salir del racismo étnico, económico, profesional, entendiendo que esa educación transformadora, no depende de lo dictatorial que puede llegar a ser el docente sino de su capacidad, para fortalecer el proceso de educación, haciendo que el propio estudiante construya su conocimiento liberador, haciendo con diversas estrategias, la mejora constante de esa educación que hoy nos atañe, como educadores universitarios.

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