LA EMOCIÓN COMO RECURSO NECESARIO PARA LA ORALIDAD

LA EMOCIÓN COMO RECURSO NECESARIO PARA LA ORALIDAD

Los seres humanos están llenos de carencias y virtudes y una de las cosas que interceptan estas carencias y virtudes son las emociones, estas son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del hombre, cuando ve o escucha algo, o cuando ve una persona importante para ellos.

Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas y guía de respuestas del individuo y también activan redes asociativas relevantes en la memoria, lo cual muestra el enlace que la oralidad tiene con las emociones y fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, estos antes mencionados son las herramientas que un orador tiene para dar un buen o mal discurso, solo se trata de entrelazar estas herramientas con las emociones para lograr el objetivo del discurso.

Una de las tácticas que obtiene la mejor concentración de la audiencia, es atreves de las emociones debido a que el orador al momento de dar su discurso, debe persuadir y llegar a la audiencia con sus palabras, haciéndoles sentir a través de las palabras las emociones que lo motivan a dar tal discurso, así el mensaje y el discurso dado es más fácil de comprender y sencillo de recordar.

Es de gran importancia, que el orador muestre sus emociones al momento de dar un discurso; pues dado que la audiencia sentirá empatía y estará interesada a seguir escuchando cada oración que este dirá.

LA ACCIÓN COMO RECURSO NECESARIO PARA LA ORALIDAD

Por acción entendemos el uso de las expresiones corporales que acompañan la pronunciación de un discurso. Un discurso no sólo es voz, involucra también el uso de la expresión gestual, manual y corporal; es decir, el arte que permite que todo nuestro cuerpo participe activamente en el proceso de la comunicación.

La importancia de la acción dentro de la oratoria es porque esta acompaña a las palabras y las hace más notables. Va dirigida directamente a los sentidos y torna más rápida la comunicación entre el emisor y el receptor, pues muchas veces un gesto, vale más que una palabra. Bajo esta modalidad el público no sólo escucha el discurso, sino que lo “ve”, lo siente.

De manera general podemos decir entonces, que la acción oratoria está integrada por las siguientes expresiones: gestual, manual y corporal. El uso de todas ellas convierte al orador en un artista de la palabra, logrando con esto que la audiencia recuerde un gesto y llegue por consiguiente el mensaje que el orador quería transmitir.

EL COMPORTAMIENTO DEL ORADOR EN ESCENA

El comportamiento de un orador es el de la convicción del mensaje que el lleva, este puede adoptar un comportamiento totalmente variante, según el ambiente y el tema a tratar, los oradores no tienen un patrón de comportamientos a seguir, para ellos el creer lo que dicen es suficiente para adoptar el comportamiento exacto ante lo expresado.

El orador puede adoptar diversos tipos de comportamientos desde el reír con su audiencia, como llorar, estar triste, molesto o decepcionado, pero lo que conducirá a tomar estas conductas es el sentirse uno más de la audiencia.

Haciendo mención de grandes oradores como lo es Martín Luther King (Tengo un sueño), Charles Chaplin (El Dictador) los cuales conmovieron e inspiraron a grandes masas, logrando por medio de su poder de oratoria, transmitir emociones, acciones y conductas a la gran audiencia que escuchaba cada discurso que dieron, esto muestra el gran poder que la palabra y el lenguaje corporal tienen, y es bueno estar en armonía con ambos debido a que el lenguaje corporal es más fuerte y fidedigno que el verbal.

En la comunicación, el lenguaje verbal solo tiene el 7% de impacto, mientras que el lenguaje corporal el 55% y el tono de voz el 38%. No

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