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LA ESTRUCTURA DIALOGICA Y FRAGMENTARIA DE LA FERIA


Enviado por   •  9 de Agosto de 2012  •  7.763 Palabras (32 Páginas)  •  715 Visitas

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LA ESTRUCTURA DIALOGICA Y FRAGMENTARIA DE LA FERIA

A Juan José Arreola se lo consideró un escritor desarraigado de la realidad mexicana en lo que a su obra se refiere, ya que en ella destacaban la fantasía, los espacios imaginarios, las temáticas universales y la intertextualidad erudita. Pero paulatinamente la crítica fue descubriendo las relaciones que sus cuentos establecen con el entorno sociocultural, ya como metáfora de un sistema deficiente, ya como parodia de discursos estereotipadosSu novela La feria (1963) es un texto esencialmente dialógico, pues, en palabras de Bakhtin [1989], "está lleno de ecos de otros enunciados". Dialoga con una diversidad de discursos sociales, lo que Bahktin llama la heteroglosia social [1985]. Dialoga con otros textos bíblicos (Isaías, Jeremías, Ezequiel), los Apócrifos y documentos históricos1. El texto establece una red de relaciones entre los fragmentos de que se compone, entre las voces y los discursos. Dialoga con la tradición literaria, de la que absorbe múltiples elementos como la parodia, la sátira, la ironía, la risa, el realismo, la fantasía, los digiere y crea una escritura y un texto singulares. Dialoga con el lector, del que requiere una participación muy activa en el proceso de construir la unidad textual. Dialoga con un tercero del discurso o un destinatario superior, al que me refiero en el último capítulo.

La heteroglosia ingresa al texto sometida al proceso de urdimbre textual, adquiriendo sentidos al ficcionalizarse y disponerse bajo el punto de vista del autor. El diálogo con el contexto lingüístico social (distintas voces y discursos pertenecientes al presente y al pasado cotidianos e históricos de un pueblo), significa un diálogo con toda una cultura, porque cuando se recrea un discurso se cita una ideología o una forma de ver el mundo.

Los discursos imitan una forma de habla mexicana y los acontecimientos hacen referencia al pueblo natal del autor, Zapotlán, actualmente Ciudad Guzmán. El texto es una feria de discursos en donde se encuentran los niveles culto, popular, formal e informal con sus combinaciones y diferencias generacionales. Desde una perspectiva retórica también es posible distinguir diversos tipos de discurso: periodístico, religioso bíblico y doctrinal, legislativo, epistolar, autobiográfico, versificación popular, etc. [Ostria 1970]. La oralidad tiene una presencia importante: la mayoría de los discursos corresponde a conversaciones callejeras, informales, cotidianas. Al igual que en una feria, hacemos un recorrido, a lo largo del cual escuchamos voces y al ir avanzando nos resuenan las que van quedando atrás con mayores o menores ecos. Las relaciones dialógicas no sólo se establecen con lo que Coseriu (1962) llama "contexto extraverbal", sino al interior del texto. La feria se estructura en base a una serie de 288 fragmentos yuxtapuestos sin orden aparente, sin una sucesión coordinada de acontecimientos. Sin embargo, el fragmento y su yuxtaposición no implican ausencia de relación ni de unidad de sentido. Se transgrede la coherencia lineal, pero se crea una coherencia global, a nivel de la macroestructura [Dijk 1984: 147-229]. La cohesión de los fragmentos resulta de la recurrencia de los hablantes, de algunos tipos de discurso y de ciertos temas, así como también del diálogo entre unos y otros y de una progresión de las acciones ya sea a nivel individual o colectivo2; además existe un núcleo espaciotemporal con el que otros espacios y tiempos se relacionan. Algunos mecanismos de relación son: a) secuencias narrativas en las que aparecen los mismos personajes o el mismo emisor; b) réplicas a otros fragmentos (contrapunto); c) anáforas.

Con respecto a los personajes y emisores, hay una serie de ellos identificables, nominados o innominados, que aparecen, desaparecen y reaparecen a lo largo del texto. Los emisores innominados son reconocibles por las características de sus discursos, ya sea por la forma en que se expresan o por ciertos referentes que los relacionan con un oficio, una situación, una experiencia o un problema particular, como el zapatero que prueba en el oficio de agricultor, el niño que se confiesa ante el cura, el joven que escribe en su diario de vida, el miembro del Ateneo Zaputlateno. En ciertos fragmentos el mismo personaje es el narrador de su historia (el zapatero, el miembro del Ateneo, el joven del diario de vida); en otros el discurso se presenta en estilo directo introducido por un narrador básico o por un narrador personal. Muchas veces las voces irrumpen sin introducción previa de narrador alguno. En ocasiones el personaje es aludido o es tema de conversación en diálogos de otros personajes.

Algunos temas recurrentes y los más abarcadores son el tema de la tierra y el de la feria. Carmen Mora Valcárcel [1990] considera que todas las historias caben dentro de estos dos grandes temas. El leit motiv de la tierra tiene varias aristas: la tierra como terruño, como pueblo con el que se entablan lazos de identidad; la tierra como espacio geográfico afectado por los temblores, que además afectan la fisonomía humana, sus formas sociales; la tierra cultivable, dadora de frutos, así como también negadora de éstos por los caprichos de la naturaleza; y el aspecto principal, las tierras de los indígenas, quienes entablan un litigio para recuperar lo que los españoles les arrebataron, litigio que se arrastra hasta nuestros tiempos. Este problema afecta a todo el pueblo, pero sin que se vean todos involucrados directamente, porque no todos son dueños de tierras ni todos son indígenas.

El tema de la feria es el que concierne a toda la gente del pueblo: se habla sobre ella, ya ensalzándola, ya criticándola; se hacen preparativos y se participa. Este es el acontecimiento más importante de Zapotlán y por el cual el pueblo es conocido en otras partes. La feria funciona como un fenómeno que configura y da identidad al pueblo, es decir, es resultado de una particular forma de vida social (que incluye las ideas), pero al mismo tiempo actúa como realimentación por la que los zapotlenses se reconocen de distintos modos. El tema de la feria es abarcador no sólo porque involucra a la mayoría, sino porque abarca diversos aspectos de la vida como el religioso y el recreativo desde distintas perspectivas, que son las de las diversas voces que circulan por el texto.

Dependiendo de las líneas de relación que se establezcan, es posible reconocer otros temas, unos más generales y abarcadores, otros más particulares, de modo que unos caben dentro de otros, dependiendo de lo abarcante o acotado del contexto que se elija. Algunos de esos temas son el amor, el poder económico, el honor, la prostitución, el sexo, la intelectualidad y la literatura, la religiosidad, etc.

La progresión funciona en fragmentos que a lo largo de

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