LA FAMILIA COMO GENERADORA DE CONFLICTOS MORALES
Enviado por nscs05 • 12 de Septiembre de 2014 • 418 Palabras (2 Páginas) • 793 Visitas
¿EN QUÉ MUNDO VIVIMOS?
Una pregunta así no puede tener una
respuesta exhaustiva y, por tanto, no es
ésta mi intención. Se trata de hacer una
descripción suficientemente amplia de
algunas características que den pie a la
reflexión y a la discusión.
Una primera idea que aparece al
caracterizar el mundo actual es la idea de
globalización. Es un término habitual y
recurrente en conferencias, congresos y
artículos de prensa. Ya sabíamos que
vivíamos en un globo terráqueo, pero
hasta ahora era una realidad inabarcable.
Durante siglos fue una realidad
desconocida por el hombre; después,
durante otros cuantos siglos ha sido una
realidad conocida, pero, desde el punto
de vista práctico, inalcanzable. Dar la
vuelta al mundo era una de esas gestas
que quedaban en los libros de historia o,
al menos, en el libro Guinness de récords.
La historia moderna se ha escrito en
buena medida a partir del
desmembramiento de los imperios, la
aparición de los estados, las guerras entre
países y las uniones políticas. También
desde el punto de vista económico, la
historia se ha escrito a partir del comercio
entre naciones, las políticas
proteccionistas, la división entre países
desarrollados y subdesarrollados, el
poder económico de ciertas naciones o
los tratados internacionales. Desde el
punto de vista social, el llamado “choque
de civilizaciones” ha puesto de relieve las
diferencias culturales entre los hombres y
ha pasado por distintas fases, hasta
alcanzar hoy un entorno de respeto y
mutua aceptación, no sin ciertas
tendencias de colonialismo cultural por
parte de las naciones más poderosas.
El afán por la globalización no debe
hacernos perder de vista que el hombre es
un ser espiritual y corpóreo, que necesita,
para existir, una serie de coordenadas
espacio-temporales, que le sirvan de
referencia en su actuación, para no
perderse, de igual modo que los hombres
de la mar se guían por las estrellas para
no perder el rumbo. Por eso el hombre
necesita referentes para su actuación: la
familia, el ejemplo de aquéllos que le
merecen autoridad, la legislación o
modelos a quienes imitar.
La globalización tiene muchas cosas a
favor; nos abre infinitas posibilidades de
actuación. La supresión de barreras y de
límites es siempre algo bueno para
favorecer la libertad humana, pero, al
mismo tiempo, podemos correr el peligro
de perdernos ante
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