LA IMPORTANCIA DEL IMPACTO SOCIAL Y/O AMBIENTAL EN LOS PROYECTOS DE INGENIERÍA

La Ingeniería, definida como el conjunto de conocimientos y técnicas aplicadas a la creación, perfeccionamiento e implementación de soluciones a problemas que afectan la actividad cotidiana de la sociedad, conlleva a que la mayor parte de sus proyectos involucren un análisis del impacto social y/o ambiental que tendrá su ejecución; pero en una gran medida, este análisis es olvidado durante el desarrollo de los proyectos, poniendo en riesgo su fin último.

El análisis que se realice sobre el impacto social y/o ambiental es fundamental, pues es el que permite identificar el efecto que ejerce la actividad a desarrollarse dentro del proyecto, sobre la sociedad o sobre el medio ambiente, de ahí la gran importancia que sea una constante a tener en cuenta durante todas las fases de un proyecto.

Algunas acciones desembocan en el olvido del análisis que sobre el impacto social y/o ambiental se ha realizado, como la reducción de costos, por ejemplo. Una buena administración de los costos de un proyecto, conlleva a que el margen de utilidad del proyecto sea mayor. El problema es cuando se mal interpreta la buena administración con la dación de prioridad a la reducción del costo de los insumos de producción, en aras de incrementar el porcentaje de utilidad, sin importar la calidad de los insumos. Esta priorización desmedida de reduccionismo afecta el objetivo final de un proyecto. Como muestra de ello, encontramos lo acontecido en el año 2007 con la compañía juguetera estadounidense MATTEL, la cual tuvo que iniciar una campaña de retiro en masa de sus productos fabricados por una compañía subcontratada en China, por contener pintura con exceso de plomo. La razón de subcontratar con una empresa en China y no directamente en Estados Unidos, es la diferencia en los costos por mano de obra. O en el evento ocurrido el pasado 12 de octubre del año en curso, donde se desplomó la torre 6 del edificio Space. Hecho en el que perdieron su vivienda y buena parte de su patrimonio, los habitantes de 22 pisos. Sobre este hecho Luis Felipe Henao, Ministro de Vivienda manifestó que: “No se presentó ninguna falla en el terreno en el que se había realizado la construcción y que fue causa de la caída del edificio, sino que se presentaron problemas en la estructura, consecuencia de un mal diseño y del uso de materiales inadecuados para garantizar la seguridad de la edificación”; evidenciándose que por un reduccionismo en los costos de los materiales, se controvirtió la premisa de ‘mejoramiento de las condiciones sociales de vida’, sobre la cual se constituyen los proyectos de vivienda.

Por otro lado, la eticidad, referida al carácter de cada individuo, la educación de los valores humanos, es decir, a la formación del ser humano a lo largo de su vida mientras aprende a respetarse a sí mismo y a las personas que le rodean formando su carácter en una vida en sociedad, es un factor primordial en el ejercicio profesional. El divorcio entre la profesión y la ética, promueve el desarraigo de la importancia social y/o ambiental al interior de los proyectos, prevaleciendo un interés personal sobre el general. Pilares éticos como: la responsabilidad, el respeto, la equidad y la honestidad, se desvanecen en proyectos como el contratado para la rehabilitación del sistema de acueducto de La Virginia (Risaralda), suscrito a finales del año 2011, entre la Gobernación del Departamento, la Alcaldía municipal y la firma del Ingeniero José Fernando Suárez. A pesar de ser un proyecto con un impacto social importante, es

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