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LA RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA CON LA RELIGIÓN


Enviado por   •  10 de Febrero de 2015  •  Síntesis  •  5.582 Palabras (23 Páginas)  •  304 Visitas

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LA RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA CON LA RELIGIÓN

Lo mismo que la primera región era afín a la filosofía por el lado formal del pensar independiente, así lo es esta segunda región, la religión, por su contenido. En tanto que la religión es lo contrario precisamente de la cultura en general; no tiene de común con la cultura ni la forma del pensar ni el contenido; porque su contenido no es terreno, sino que la religión tiene lo infinito ante sí.

La segunda esfera de las formas (producciones) del espíritu, que tienen más inmediata afinidad con la filosofía, es la región de la representación religiosa en general; a ella pertenece, principalmente, la religión como tal, porque la mitología y los misterios pertenecen también en parte a la poesía. Como la primera esfera posee de común con la filosofía lo formal, el Yo y la forma de la universalidad, así es aquí lo opuesto lo común, es decir, lo sustancial, el contenido.

En las religiones han depositados los pueblos, cómo han pensado la esencia del mundo, lo absoluto, lo existente en sí y por sí, lo que ellos tenían por la causa, la esencia, lo sustancial de la Naturaleza y del espíritu, y, además, su opinión acerca de cómo se relaciona el espíritu humano o la naturaleza humana con estos objetos, con la divinidad y con la verdad.

Por consiguiente, hemos de hacer notar en la religión dos determinaciones: primero, cómo Dios es consciente para el hombre; esto es la conciencia representadora, la forma objetiva o la determinación a través de la cual el hombre se representa la esencia de la Divinidad, en contraste consigo mismo; se la representa como algo distinto de él mismo, como algo extraño, como el más allá. En segundo lugar, la adoración y el culto; esto es la cancelación de este contraste a través de la cual el hombre se eleva a Dios y llega a la conciencia de la unidad con esa esencia. Este es el sentido del culto en todas las religiones. En los griegos se eleva el culto solamente al goce de esta unidad, porque era la esencia en sí, pero nada más allá.

Por consiguiente, lo absoluto es aquí objeto. En cuanto objeto, es un más allá, amistoso u hostil. El espíritu es impulsado a superar esta contradicción, y la asume en la religión por la oración y por el culto. En la oración y en el culto el hombre obtiene la certeza de anular esta contradicción, la confianza absoluta de la unión con lo divino, la unidad de sí con su esencia —según la representación cristiana—, la gracia de Dios, la reconciliación con El; Dios es clemente para él, se une con él, lo prohija, lo protege.

Por consiguiente, la religión y la filosofía tienen como objetos comunes lo que es en sí y por sí verdadero a Dios, en tanto que es en sí y por sí, y al hombre en su relación con El. En las religiones han producido los hombres lo que su conciencia tiene por más elevado; las religiones son la obra más elevada de la razón; y es absurdo creer que son invenciones de los sacerdotes para engañar al pueblo, como si el hombre se pudiera dejar engañar sobre cuestiones relativas a lo último y a lo más elevado.

La filosofía tiene ahora el mismo objeto, la razón universal existente en sí y por sí, la sustancia absoluta; en ella el espíritu se apropiará igualmente este objeto. Pero así como la religión lleva a cabo esta reconciliación en la oración y en el culto, es decir, por el camino del sentimiento, así también lo conseguirá la filosofía por medio de pensamientos, por medio del conocimiento intelectual. La devoción es el sentimiento de la unidad de lo divino y de lo humano, pero del sentimiento-intelectual (denkendes); en la expresión «devoción» está ya contenido el pensamiento; ella es un empuje hacia el pensamiento, una tendencia a pensar en ello, una mayor aproximación pensante. Pero la forma de la filosofía es pensar puro, es saber, conocer; y es aquí donde comienza la diferencia con la religión. Por consiguiente, se ha convenido que las dos esferas se reúnan en contenido y finalidad; se distinguen solamente por la forma. Pero la afinidad es aún más directa. La filosofía se comporta a la manera de la conciencia pensante con su objeto, con lo absoluto; la religión no se comporta de esta manera. Pero la diferencia de estas dos esferas no puede ser concebida tan abstractamente que no fuera pensada también en la religión. La religión tiene también pensamientos universales como contenido, y sin duda no sólo, implícita, interiormente tienen que ser puestos de relieve como en los mitos, en las representaciones de la fantasía, o también en sus historias objetivas, sino también explicita, en la forma del pensamiento.

Las religiones persa e hindú, por ejemplo, poseen determinados pens­mientos, se han expresado en ellas, en parte, pensamientos muy profundos, sublimes y especulativos, pensamientos que de ninguna manera era necesario que fueran puestos de manifiesto. Por tanto, nos encontramos aquí con pensamientos como tales. Sin duda nos encontramos, además, dentro de la religión con filosofías explícitas, como, por ejemplo, la filosofía de los Padres de la Iglesia y de los escolásticos; la filosofía escolástica era esencialmente teología. Por consiguiente, encontramos aquí una unión o mezcla de religión y filosofía, que muy bien nos puede hacer caer en la confusión.

La filosofía tiene el mismo objeto que la religión; pero, sin embargo, han llegado a numerosas diferencias una con otra.

La filosofía se ocupa con lo verdadero, expresado más precisamente: con Dios; ella es un perenne servicio a Dios. Tiene con la religión un único contenido; por tanto, solamente las formas de ambas son distintas, y por cierto de manera que parecen haberse, a veces, opuesto una a otra completamente. El primer aspecto es que la filosofía y la religión solamente se han diferenciado una de otra; solamente más tarde surgió el comportamiento hostil de una contra la otra.

Por consiguiente, en primer lugar la cuestión ahora es: ¿cómo se distingue en general la filosofía de la teología y de la religión? Y en segundo lugar: ¿hasta qué punto tenemos que prestar atención en la historia de la filosofía a lo religioso?

En consideración a esta cuestión, hay que distinguir ahora dos aspectos, de los que se hablará inmediatamente. El primero es el lado mítico e histórico de la religión en su afinidad con la filosofía; el segundo es la filosofía explícita, y también los pensamientos especulativos singulares existentes en la religión.

LAS DISTINTAS FORMAS DE LA FILOSOFÍA Y DE LA RELIGIÓN

Por de pronto, nos encontramos en la religión con la forma del mito, de la representación sensible (figurativa). En ella es lo verdadero como el espíritu se lo imagina. El contenido ha alcanzado

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