LA TORTURA: Ni Arte, Ni Cultura.
Enviado por nataliaanduquiaz • 2 de Junio de 2015 • 557 Palabras (3 Páginas) • 238 Visitas
¿Por qué matar al toro? ¿Tenemos derecho a hacerlo? No se sabe bien que es lo que se condena, ¿el hecho de matar al toro y tener espectadores? (como si no nos lo fuéramos a comer). Este último punto es el que genera más debate y no nos referimos al acto en si sino al hecho de hacerse en público. Es irracional que nos genere malestar este acto sabiendo que igual vamos a consumir su carne, la única diferencia es que estamos viendo como lo hacen.
Existen muchas razones y con fundamentos por las cuales se debe apoyar la tauromaquia. Muchas personas se preguntan ¿Por qué matar al toro? Es justo para un animal pero todo tiene su razón de ser de igual manera la carne del toro se consume no solo se mata y se bota, la muerte del toro es el fin de la corrida, las verdaderas razones son simbólicas, éticas y estéticas.
Simbólicamente, una corrida es el relato de la lucha incansable, valiente y de la derrota del animal: ha vivido, ha luchado, y tiene que morir. Éticamente, el momento de la muerte es el “instante de la verdad”, el acto de más valor para el torero, en el que se tira entre los pitones intentando esquivar la cornada gracias al dominio técnico y practica que ha adquirido sobre su adversario en el desarrollo de la lidia. Estéticamente, la estocada es el gesto que finaliza el acto y hace nacer la obra; la estocada bien ejecutada, en todo lo alto y de efecto inmediato confiere a la faena la unidad, la totalidad y la perfección de una obra.
Me gustaría traer a colación a el periodista y escritor colombiano Antonio Caballero Holguín, quien nos expone por qué se deben apoyar las corridas de toros, esto no es solo un “capricho de ricos” esto es cultura y arte.
“Hasta aquí, las razones para enfrentar las razones que alegan los antitaurinos (que no tienen razones, porque por lo general no saben de qué hablan: nunca han ido a los toros y lo que dicen es de oídas, o de prejuicios de sordos). Las razones en contra de los que están en contra. Pero las que de verdad importan son las razones a favor. A favor de los toros, y a favor de las fiestas de toros.
A favor de los toros bravos: los más hermosos animales de la creación. De la creación ayudada por el ingenio humano. Pues el toro de lidia no es un animal natural, como pueden serlo el jaguar o el tiburón, sino el producto de la selección y de la crianza, como el caballo de carreras o el perro guardián. El toro bravo es bello en la paz del campo; y lo es en la batalla: en el mismo campo con sus congéneres, o con los hombres en la plaza. Y lo es también en la muerte. Esa que se llama 'muerte de bravo' de un toro bravo en el ruedo, ya matado por la espada pero todavía en pie y negándose a aceptar la agonía por terquedad o por orgullo, o -para no abusar del antropomorfismo lírico connatural al tema taurino- por ganas de seguir peleando. La 'muerte de bravo' de un toro bravo en la plaza, ante
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