LA Tarea De Formarse
Enviado por AlejandroAguayo • 5 de Septiembre de 2013 • 597 Palabras (3 Páginas) • 450 Visitas
Ø Ninguna persona se forma a través de sus propios medio, tampoco se puede formar por un dispositivo, ni por una institución, ni por otra persona. Tener la tarea de formarse es una orden paradójica. Integrar el saber que se debe transmitir e iniciarse bajo control en la práctica de la clase es, sin duda, el doble objetivo de esta formación. La formación de los enseñantes surge de la problemática general de la formación.
Ø La formación permanente ha ocurrido específicamente a enseñantes para asegurar conferencias y cursos de su especialidad.
Ø La osmosis no se ha realizado aún, y, hasta la fecha nada se ha modificado en cuanto al enfoque de la formación de los enseñantes.
1. El advenimiento de la formación
Ø Uno se forma en todos los niveles de responsabilidad, y de ser posible de forma permanente.
Ø De la formación uno espera definitivamente, el dominio de las acciones y situaciones nuevas, el cambio social y personal que uno ya no espera de la transformación de las estructuras.
Ø Las decisiones que pueden tomarse dentro de este campo tienen consecuencias profundas y a largo plazo sobre la orientación y el funcionamiento de todo el sistema educativo.
Ø Podemos visualizar la formación como una función social de transmisión del saber, como suele decirse del saber-hacer o del saber-ser, que se ejerce en beneficio del sistema socio-económico o, más generalmente, de la cultura dominante.
Ø La formación puede verse también como una institución, que es un dispositivo organizacional que, por ejemplo, está hecho de programas, planes de estudio, de certificaciones, de construcciones. Una institución es también el lugar de práctica, con sus normas, modelos, su propia tecnicidad, su lenguaje fácilmente trivializable y sus practicantes, los formadores.
2. Especificidad de la formación de los enseñantes
Ø La formación es un proceso de desarrollo individual tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades. La formación no debe reducirse a una acción ejercida por un formador sobre un “formado” maleable que reciba de forma pasiva la configuración que le imprima el formador.
Ø Según la importancia relativa que se otorgue a una o a otra de estas tres características, uno se ve conducido a construir tres problemáticas que no se rescatan más que de forma parcial:
1) Una formación doble. El oficio de enseñante exige una formación científica, literaria o artística (se le suele llamar académica) y una formación profesional que a veces se reduce a una formación pedagógica.
2) Una formación profesional. Desde el punto de vista de la competencia, Jean Piaget hacía notar, y por su parte deploraba, que “el maestro de escuela no es considerado por los otros, y lo que es peor, ni por el mismo, como un especialista desde el doble punto de vista de las técnicas y de la creación científica,
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