LA VIDA LOCA
Enviado por seyk12 • 22 de Mayo de 2013 • 532 Palabras (3 Páginas) • 508 Visitas
Una bonita costumbre que en muchas familias se va perdiendo es la de dar gracias antes de comer y/o bendecir los alimentos, pues cada vez es menos frecuente sentarnos juntos a la mesa. El ritmo de vida que llevamos actualmente determina que muchas veces los miembros de una familia coman a distintas horas -- y en condiciones que distan mucho de la paz y la tranquilidad.
Sin embargo, tomarse el tiempo de orar antes de empezar a comer puede suscitar varias ventajas para nuestro bienestar psicológico, social y espiritual. Nos fuerza a reflexionar, aunque sea por un instante, sobre lo que tenemos y nos invita a entrar por un momento en un estado de agredecimiento, cosas que solemos hacer con muy poca frecuencia en el ajetreo diario. Puede ser un momento de recogimiento y relajación que ayuda a todos los miembros de la familia a "ponerse en la misma frecuencia" por un momento -- tarea difícil en nuestro mundo actual donde cada quien anda por su lado en actividades diferentes durante el día.
Tras hacer una encuesta muy casual sobre esta tema a algunas de mis amistades, me di cuenta de que entre los que suelen ofrecer una oración a la hora de comer hay mucha varación en la práctica. Varios mencionaron la costumbre de improvisar cada vez una pequeña oración , pero otros utilizan plegarias formales o redactadas. Algunos ejemplos cortos de estos últimos son:
Te agradezco, Señor, esta alegría de la mesa: el alimento y la compañía de los míos. Bendice Bendice, Señor, estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar; así el Rey de la gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial.
Oh Dios, da pan a los que tienen hambre y hambre de ti a los que tienen pan.
Si hubiera invitados presentes, una bonita opción sería algo así:
Señor, bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a recibir y bendice las manos que los prepararon. Te agradecemos de manera especial la presencia de .. [nombre del invitado] en nuestra mesa.
Uno de mis "encuestados" mencionó el uso (muy práctico, por cierto) de un juego de tarjetitas que vienen impresas con un versículo bíblico y una pequeña oración. La ventaja que tienen estas fichitas es que frecuentemente vienen en juegos de 30 o más, lo cual proporciona una agradable variedad en las oraciones -- si se utliizan una vez al día no se repetirá la misma oración más que una vez al mes. Estos juegos de tarjetas se pueden conseguir ya hechos en tiendas de artículos religiosos, o pueden ser elaborados por uno mismo o - ¿por qué no? - por los niños de la casa.
Otra alternativa muy bonita es la que propone otro de los amigos que me respondieron a mi sondeo informal: la de cantar la oración. La que él utiliza en familia reza así:
Bendice, Señor, nuestra mesa y enseñanos a compartir
nuestra alegría, aleluya, y nuestro pan también.
Gracias, Señor, por el pan que nos has regalado
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