LA ÉTICA DE LA SOLIDARIDAD RESPONSABLE

“Dios no creó al hombre en solitario…el hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás”.

“El hombre… no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”

Constitución Gaudium et Spés n° 12,4 y 24,3.(Concilio Vaticano II)

Uno de los mayores retos que tiene hoy nuestra sociedad postmoderna es el de encontrar su lugar, a fin de continuar siendo fermento de nueva humanidad y de mantener los auténticos ideales de la existencia humana en este mundo. Igualmente este será el compromiso de todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Sólo podremos alcanzar este objetivo si la humanidad asume responsablemente sus opciones y, en consecuencia sus acciones. Al contrario, una relación de humanidad que se manifieste en actitudes privadas no podrá ciertamente conducir a un compromiso con la realidad en la cual nos movemos o con las experiencias vitales con las cuales nos confrontamos diariamente. Ejemplo de esto último es el capitalismo y la explotación que se tiene en el hombre hoy día.

Teniendo presente que el hombre en cuanto ser social no puede limitarse a parasitar en la sociedad; ha de participar activamente en ella, renovándola y actualizando permanentemente su función nutricia. De ahí que, deba responsabilizarse de él mismo y de la comunidad a la cual pertenece.

Así pues, nos preguntamos ¿qué hace o qué debe hacer el hombre y la mujer de nuestros contextos sociales para manifestar su compromiso con los demás hombres y mujeres de la sociedad? En el fondo se trata de dar respuesta a uno de los interrogantes esenciales que la existencia humana se coloca a partir del esfuerzo de saberse en el mundo como criatura de Dios. Surge así la pregunta ética: ¿qué debo hacer?, cuáles deben ser mis acciones en orden a manifestar mi condición de humanidad. Desde esta perspectiva tendrá sentido hablar de un compromiso solidario atento a las realidades de la convivencia social en la cual se juega el valor de la ética de la responsabilidad.

Pero ¿Qué se comprende por ética de la solidaridad responsable? La ética de la solidaridad responsable trata de la capacidad del ser humano de responder por las consecuencias de las propias acciones. En efecto, debemos tener en cuenta que aunque el ejercicio de la libertad personal haya alcanzado niveles óptimos de desarrollo, será necesario contar con los límites de la solidaridad responsable. De ahí que, todos debemos ser solidarios y responsables de una u otra forma de la desigualdad social, la pobreza, la violencia, los secuestros, la mafia, la guerrilla, los paramilitares, en fin, de toda esta desintegración que se da en nuestros países. Al respecto algunos dirán como Pilato: “yo no soy responsable de la muerte de ese hombre”. A sabiendas que, en el ejercicio de nuestra

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