LETRAS E IMAGENES

Denisse Vanessa Latorre Rodríguez

Diseño Gráfico

Comunicación Escrita

UN REFLEJO DE COLORES Y LETRAS

A tan corta edad, tal vez, desde los 3 ó 4 años empecé a sentir una gran pasión por los colores, siempre presentes en mi vida, con los cuales era capaz de expresar hasta el más profundo de mis sentimientos y emociones, al igual que leer cuentos mientras los escuchaba en cassette. Más que jugar con muñecas, a la cocinita, a las barbies o salir al parque como lo hacían la mayoría de las niñas, mi mayor diversión y mi juego era pintar, combinado con el encanto de la literatura que me transportaba a otros mundos.

Mis padres se dieron cuenta de este amor, de la felicidad que me producían estos pasatiempos, era viajar entre colores y letras, donde el tiempo y el espacio se pierden, es, realmente, el lugar al que pertenecía, no importaba si me encontraba sola o acompañada, simplemente me sentía bien conmigo misma; de esta manera mis padres me regalaban cajas llenas de libros para colorear, leer y escuchar cuentos.

Los años fueron pasando; pero ese gusto nunca se perdió, por el contrario cada día crecía más y más, siempre me veía marcada por las representaciones artísticas, por los cuadros sentía un gran asombro, me impactan tanto que puedo durar bastante tiempo, detenidamente, mirándolos, al igual que los libros, la pasión por la literatura aumentó desenfrenadamente, cada noche hasta el día de hoy tengo la necesidad de saciar esa “sed” de leer.

Toda mi vida se ha basado en inspiraciones a las personas que más quiero, a cada una de ellas les regalo dibujos y cartas, y personas que voy conociendo siempre les digo de algún libro que nos relacione con gustos en común. Durante mucho tiempo, por mis esfuerzos conseguía todos los materiales que necesitara para pintar y compraba los libros que me gustaban.

Desde hace dos años, que nació mi hijo Juan Tomás, he sentido una mayor conexión con la vida, él ha sido mi mayor fuente de inspiración, y al igual que yo, siente un gran gusto por los colores y los libros, es ver nuevamente el reflejo de mi niñez, y compartir con él estos momentos, aún más cuando a media lengua me dice vamos a jugar, es mi mayor felicidad.

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