LIBRO SEGAL
Enviado por any123456 • 30 de Mayo de 2013 • 1.225 Palabras (5 Páginas) • 262 Visitas
LOVE STORY
ERICH SEGAL
TÍTULO DEL ORIGINAL INGLÈS
Love story
Traducciòn de
Eduardo Gudiño Kieffer
© by Erich Segal, 1970
Digitalizado por Gustavo Masso
México, 2004
1
¿Qué se puede decir de una chica de veinti- cinco años que murió?
Que era linda. Y brillante. Que le gustaban Mozart y Bach. Y los Beatles. Y yo. Una vez, cuando me mezcló adrede con esos tipos musi- queros, le pregunté en qué orden me colocaba y ella contestó sonriendo: "Alfabético". Yo tam- bién sonreí entonces. Pero ahora que lo pienso bien, desearía saber si me ponía en la lista por mi nombre de pila —en cuyo caso estaría detrás de Mozart—, o por mi apellido —en cuyo caso estaría entre Bach y los Beatles. De cualquier modo no me tocaba el primer puesto, lo que por alguna estúpida razón me jodía hasta sacarme de quicio, habiendo crecido con la idea de que siem- pre tenía que ser el número uno en todo. Heren- cia familiar ¿saben?
Al final del curso, tomé la costumbre de es- tudiar en la biblioteca de Radcliffe. No justa- mente para mirar a las chicas, aunque reconozco que la cosa me gustaba. El lugar era tranquilo, nadie me conocía y la reserva de libros tenía menos demanda. El día anterior a uno de mis exámenes de Historia, yo todavía no había po- dido leer ni siquiera el primer libro de la lista, una enfermedad endémica de Harvard. Cami- né hacia el pupitre de las bibliotecarias para pedir uno de los tomos que me sacaría de apuros al día siguiente. Había dos chicas trabajando allí. Una alta, tipo tenista del montón: la otra anteojuda, tipo ratoncito. Opté por Minnie Cua- tro Ojos.
—¿No tienes La decadencia de la Edad Media?
Ella me miró de arriba a abajo.
—¿No tienes tu propia biblioteca? —preguntó.
—Oye, Harvard tiene permiso para usar la biblioteca de Radcliffe.
—No estoy hablando de legalidad, Preppie Estoy hablando de ética. Ustedes, muchachos,
Preppie: apodo que se da a los muchachos que han asistido a una. "Prep" School (Escuela Preparatoria para la Universidad). Las Prep Schools constituyen tradicionalmente uno de los bas- tiones de las familias pertenecientes a la clase alta norteameri- cana.
tienen cinco millones de libros. Nosotros una miseria.
¡Cristo, una del tipo superior! La clase que piensa que, puesto que la proporción entre Rad- cliffe y Harvard es de cinco a uno, las chicas tienen que ser cinco veces más avivadas. A esa gente normalmente no le doy mucha pelota, pero por desgracia necesitaba aquel libro de por- quería con urgencia.
—Oye, necesito ese libro de porquería.
—¿Podrías controlar tus guarangadas, Preppie?
—¿Qué te hace estar tan segura de que fui a una escuela preparatoria?
—Pareces estúpido y rico —dijo ella levan- tándose los anteojos.
—Te equivocas —protesté—. Actualmente soy inteligente y pobre.
—Oh, no, Preppie. Yo soy inteligente y pobre.
Me miraba fijamente. Sus ojos eran marrones. Okay, probablemente yo tenga pinta de rico, pero no iba a permitir que ninguna Cliffie 2, por más lindos ojos que tuviera, me tratara de tonto.
—¿Y qué carajo te hace tan pero tan inteli- gente? —pregunté.
—El hecho de que no te aceptaría ni un café, —contestó.
2 Cliffie; Apodo que se da a las chicas estudiantes de Radcliffe.
—Oye: yo no te he invitado. —Eso —replicó- es lo que te hace tan es- túpido.
Déjenme explicar por qué le pedí al fin que me acompañara a tomar un café. Mediante una astuta capitulación en el momento crucial —p. ej.: fingiendo que de repente deseaba invitarla− conseguí mi libro. Y como ella no podía salir hasta que cerrara la biblioteca, tuve tiempo su- ficiente para asimilar algunas sentenciosas frases sobre la realeza, dependiente primero del clero y luego de los magistrados, hacia el final del siglo XI. Saqué una A, la nota más alta en el examen, coincidentemente la misma nota que asigné a las piernas de Jenny, cuando ella salió de detrás del pupitre. Sin embargo, no puedo decir que su ropa
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