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LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS RELACIONES DE TRABAJO


Enviado por   •  18 de Octubre de 2012  •  3.348 Palabras (14 Páginas)  •  720 Visitas

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LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS RELACIONES DE TRABAJO

ANTECEDENTES HISTORICOS

Durante la edad moderna ya nos vamos a hechos históricos como el descubrimiento de América, la fiebre del oro, la inflación, el cohecho, la corrupción todos estos términos que seguro estamos todos de acuerdo son términos modernos. Surgen las grandes fábricas, los grandes mercados y la nueva maquinaria que a la vez fomenta nuevos sistemas de producción y nuevas necesidades sociales. Nace la gran competencia.

En 1791 el poder político comienza a perder fuerza en favor de los trabajadores, en Francia aparece la llamada "Le chatelier" que concede a los trabajadores el derecho a asociarse y a formar corporaciones sin riesgo a ser encarcelados o vejados.

Posteriormente, con el inicio de la revolución francesa, la vieja Europa comienza un viaje que ya no podría volver nunca más atrás, desaparecen las antiguas leyes de trabajo dejando paso a un fresco aire de liberalismo y comunismo.

Y por fin allá por el año 1940 se crea el manifiesto comunista del derecho del trabajo que es el antecedente oficial de lo que hoy conocemos como el derecho Laboral moderno.

LA REVOLUCION FRANCESA

La Revolución francesa: Fue un proceso social y político que se desarrollo en Francia entre 1.789 y 1.799, cuyas principales consecuencias fueron: la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del antiguo régimen. Ha sido tradicionalmente considerada como un mito, como un fenómeno histórico de repercusión extraordinaria en todo el mundo y que verdaderamente contribuyó de manera sustancial a cambiar la forma de vida del hombre sobre la tierra. La Historia quedó dividida, desde que se produjo aquel acontecimiento, en dos fases: lo que ocurrió antes y lo que ocurrió después de 1789. Todavía, hace pocos años, el historiador francés Pierre Chaunu escribía: "La Revolución sigue siendo, después de dos siglos, la referencia privilegiada de nuestro pasado. el mito fundador de la nación".

La Revolución francesa es esencialmente, desde ese punto de vista, una revolución burguesa que sólo se explica en último término por una contradicción entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas. Ya Marx y Engels, en el Manifiesto comunista, habían señalado que los medios de producción sobre cuya base se había construido el poder de la burguesía se habían creado y desarrollado en el interior mismo de la sociedad feudal y que a finales del siglo XVIII, el régimen de la propiedad, la organización de la agricultura y de la manufactura no correspondían ya a las fuerzas productivas en plena expansión y constituían un obstáculo para la producción.

En 1789 surgieron paralelamente tres revoluciones diferentes: la de los diputados en Versalles, la de las capas bajas y pequeño-burguesas en las ciudades (como en París) y la de los campesinos. La Revolución fue, según estos historiadores, una revolución burguesa sólo en tanto que fue un arranque reformista liberal de las élites de los tres estamentos, un movimiento dirigido contra todo tipo de privilegios, que intentó el establecimiento de la igualdad y seguridad personal en la legislación

Tipo y carácter de la revolución Francesa

Así, al seguir un análisis materialista histórico, Vovelle considera que la Revolución Francesa constituye una revolución burguesa porque efectúa la transición d el orden social feudal-absolutista al burgués-capitalista, y del modo de producción feudal al capitalista.

Con el ingreso de los sectores populares la Revolución Francesa logró un carácter democrático. Las masas consiguieron reivindicaciones sociales, ya que su presión constante y activa impuso al gobierno revolucionario la realización de una cierta cantidad de consignas, que incluyeron la “Constitución del año I”, texto en el que adquirió forma la expresión más avanzada del ideal democrático de la Revolución Francesa.

Finalidades de la revolución

En lo que respecta a la finalidad de la revolución, Vovelle afirma que su objetivo fue la destrucción del feudalismo, ya que los revolucionarios buscaban acabar con las estructuras que reflejaban las características del régimen feudal.

Sin embargo, ésta sería la finalidad secundaria de la revolución, la concreción de cuestiones impensadas para los revolucionarios, que se dieron en un tiempo más largo. El autor elabora esta interpretación luego de un análisis global, posterior a los hechos y no participativo en los mismos, en una búsqueda de lo que se halla detrás de los acontecimientos.

En cuanto a la finalidad primaria u objetivos inmediatos, los actores de la revolución nunca se propusieron conscientemente destruir el sistema feudal e instaurar el capitalismo, sino que sus fines fueron reivindicaciones políticas y económicas que respondían a los intereses de un momento en el que la crisis económica catalizaba el descontento de las clases populares.

Un ejemplo muy ilustrativo de esta situación se encuentra en la toma de la Bastilla. Los actores sociales no pensaron al movilizarse que este hecho conformaría, junto con otros, un nuevo acercamiento a la instauración del sistema capitalista. La revuelta fue una respuesta a la negativa del rey de retirar el ejército y permitir la reunión de la Asamblea Constituyente.

Los historiadores distinguen entre Antiguo y Nuevo Régimen: dos períodos de tiempo bien diferenciados. Separados entre sí por una serie de convulsiones revolucionarias, de las cuales la más importante es, sin duda. La Revolución Francesa de 1789. Se trata en realidad de dos mundos radicalmente distintos: 1789 es así la fecha simbólica del inicio de la Edad Contemporánea.

EL DERECHO AL TRABAJO ANTES DE REVOLUCION FRANCESA

En los tiempos antiguos predominaba la consideración del trabajo como pena, como maldición odiosa, dejando a un lado el sistema de trabajo familiar de las primeras agrupaciones humanas, puede decirse que en las grandes civilizaciones antiguas, el trabajo forzoso constituía el régimen general de trabajo. LA esclavitud, era casi el único medio para obligar a los hombres a obedecer y a cooperar en el trabajo armónicamente.

En la Edad Media, el primer paso y más fundamental en la transformación conceptual del trabajo lo había dado en la antigüedad el cristianismo, cuando le atribuye un sentido redentor. El trabajo no será ya ocupación infamante, actividad odiosa a la que ha de eludir quien tenga medios económicos o posición social para lograrlo. Es un deber moral.

Desaparecida la esclavitud, en el campo, el

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