LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE Y LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA

LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE Y LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA

Llegados a la enseñanza secundaria, los alumnos tienen que haber alcanzado y desarrollado unos hábitos de estudio, formalizando e instaurado un estilo de aprendizaje fruto de unas estrategias, que le deben conducir al éxito académico. Este tramo educativo que va desde los 12 a los 18 años debe haberse instaurado en los alumnos en el uso de habilidad y la utilización de unos recursos técnicos para aprender mejor.

Una instrucción de calidad implica enseñar a los estudiantes como aprender, como recordar, como pensar y como automotivarse.

Existe una necesidad en el profesorado de conocer mejor la forma con que se puede incidir más eficazmente en el estilo de aprendizaje del alumno. La necesidad de saber manejar y utilizar la compleja información que los jóvenes tienen a su disposición dentro y fuera de la propia aula y sobre la que se tiene una capacidad limitada de asimilación, exige una mayor autonomía en el aprendizaje de los alumnos y también otro tipo de aprendizaje.

Beltrán (1993) los procesos de aprendizaje constituyen hoy el verdadero núcleo del propio aprendizaje, saber en qué nivel o punto de utilización se encuentran todos esos recursos de aprendizaje y sobre todo, conocer y dominar los mecanismos o las estrategias mediante las que inducir el éxito en las tareas y los problemas que el quehacer educativo vaya deparando.

Es una necesidad de los profesores de aula y del profesor tutor, conocer cuál es la forma de aprender de sus alumnos en las condiciones que plantea realmente la práctica educativa en las aulas.

El objetivo de esta investigación es aportar al docente un criterio para identificar a los alumnos en función de una tipología de estilos de aprendizaje establecida sobre cuatro variables: la inteligencia (capacidad general), la motivación (el interés), las destrezas (resolución de tareas) y por último los hábitos de estudios positivos (aumentar el rendimiento escolar) y la obligación de implementar unas estrategias de enseñanza mediante la programación de aula, a través de los contenidos, objetivos y criterios de evaluación, lo que puede ayudar a atender mejor a la diversidad y por tanto conseguir una escuela de mayor calidad.

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