La Amortajada
Enviado por marianmama • 10 de Octubre de 2013 • 451 Palabras (2 Páginas) • 492 Visitas
LA AMORTAJADA
Narrador: esta historia trata de una mujer llamada Ana María, que pierde la vida a causa de un infarto y el día de su funeral estaban sus familiares y amigos más cercanos y cada vez que alguien se acercaba a verla ella recordaba las experiencias que vivió con esas personas, ya que aunque estaba muerta aun sentía y veía todo.
Al ver a Ricardo ella le dice:
Ana María: te recuerdo adolescente, con tu pupila clara y tu tez de rubio. Durante tres vacaciones fui tuya. Pero de pronto me abandonaste ¡cobarde!
Ricardo: nunca te deje de amar siempre fuiste mía y siempre fui tuyo mi cobardía no la puede aguantar. Pero mi amada, como te amaba.
Ana María: había esperado y anhelado furiosamente este momento ¿era preciso la muerte para saber ciertas cosas?
Narrador: ahora comprende que ese hombre fue su primer amor y que jamás estuvo eternamente sola.
Luego ve a su hermana Alicia llorando y rezando.
Alicia: se que lo tuyo no era la religión, pero espero que estés descansando en paz, descansando en el cielo, descansando junto a el señor ¡Cuánto te quiero hermana mía!
Ana María: reza Alicia reza. Me gusta ver rezar tú lo sabes.
Narrador: mu entrada la tarde llega por fin el hombre que ella esperaba, su querido esposo Antonio. Estaba inmóvil, concentrando fuerzas para poder afrontarla con dignidad.
Antonio: Ana María porque te has ido! Y me has dejado solo. (Llorando)
Ana María: te recuerdo tan frio y tan oscuro.
Antonio: A pesar de que no me amabas y que no me apreciabas como yo a ti debes saber que te amo, siempre lo hare y jamás olvidare lo feliz que me hiciste tu Ana María, mi esposa, mi verdadero amor.
Ana María: me doy cuenta de que ahora si te amo de verdad. Ojala lo hubiera sabido antes, antes de que te hubieras ido, antes de que me hubiera ido.
Narrador: allí estaba Fernando su amante quien era su pañuelo de lagrimas.
Fernando: si supieras cuanto te he querido pero me alegro que se acabara, estaba harto de ser tu consolador y pañuelo de lágrimas, tu confidente.
Ana María: es raro que un amor Humilde, humille pero contigo paso todo lo contrario.
Fernando: ay Ana María si me hubieras querido hubiéramos podido construir un afecto, una vida, una familia, muy felices. Pero ni siquiera tomaste en cuenta mi paciencia. Nunca me agradeciste ¡me descansa tu muerte!
Narrado: Ana María por fin se sintió querida por todos y se sintió tan frágil como de pluma. Así comenzó a descender, por entre la raíces de los arboles hasta que al fin toco fondo. Allí Ana María sintió como si pudiese levantarse y caminar entre los vivos de nuevo, pero ya no deseaba sino quedarse crucificada a la tierra.
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