La Elite Del Poder

Los altos círculos y La elite del poder.

Hay algunos que creen que en Estados Unidos existe una minoría que ejercerse un poder muy grande, basados en los grandes acontecimientos históricos, pero hay otros que no creen que haya tal minoría cuyos poderes tenga una importancia central en las decisiones, esto basados en el monitoreo atento de los informes de los hombres que interviene en tales decisiones.

Mills nos propone tomar en cuenta ambas opiniones pero ir mas allá de estas; “Detrás de estos hombres y los acontecimientos históricos están las grandes instituciones de la sociedad moderna” .

En estados Unidos el máximo poder nacional reside en lo económico, lo político y lo militar, los que se encuentran en el pináculo de cada uno constituyen las elites que cuando se unen forman una minoría del poder. Muchos tienen la idea de que la minoría se conforma nada mas por quienes tiene el máximo poder, prestigio y dinero, sin tomar en cuenta que no tendrían nada de eso si no fuera por la posición que tienen en las grandes instituciones, las cuales son no solo la base del poder, dinero y prestigio sino que también son los medios para el ejercicio del poder, adquirir y conservar la riqueza así como para configurar el prestigio.

A lo largo del tiempo estas tres instituciones han logrado no solo consolidarse sino también centralizarse; ampliarse a toda la estructura social y que las otras instituciones se subordinen a estas. Entre las principales instituciones existen vasos comunicantes debido a que las posiciones clave de cada una de estas son intercambiables entre sí.

Más adelante el autor en el capítulo que lleva por título la Elite del poder comienza por explicarnos históricamente las etapas de la elite norteamericana: en la primera etapa (desde la Revolución hasta la Administración de John Adams), las instituciones política, económica y militar se encontraban unificadas, los hombre que se encontraban en la cúspide de cada una de estas pasaban con mucha facilidad de una a otra. Las instituciones políticas tenían un gran prestigio, eran centrales y los políticos tenían una amplia preparación, se les calificaba de grandes estadistas.

En la segunda etapa que fue a principios del XIX, las dos elites mas influyentes fueron la económica y la política, pero ninguna de las dos controlaba totalmente el poder. En la tercera etapa hubo una supremacía del poder económico corporativo, el sector militar se seguía encontrando subordinado al sector económico así como al político.

El sector político no se encontraba lo suficientemente centralizado y consolidado, así que en el gobierno tanto estatal como federal eran controlados por los intereses económicos. Las grandes corporaciones dominaron los partidos, ponían a la ley a su favor anulando en varios ámbitos a la elite política. En la cuarta

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